Los principales logros y avances de la gestión del Grupo Técnico Multiactor de Gestión de Recursos Hídricos en la Cadena de Valor de la Minería del Centro de Convergencias y Buenas Prácticas Minero-Energéticas (Rimay) se presentaron en el marco del Jueves Minero del 7 de octubre que organizó el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP). 

Al respecto, el consultor ambiental de Gerens y miembro de este equipo de trabajo, Vinio Floris sostuvo que tienen como objetivo fortalecer la institucionalidad en torno a la gestión del agua en nuestro país, formular incentivos para la adopción de buenas prácticas en el sector público y privado, y finalmente fortalecer el rol del monitoreo y vigilancia ciudadana sobre los recursos hídricos.

“Tras varias sesiones se logró definir la metodología, el estudio de casos de buenas prácticas, la hoja de ruta a seguir y un perfil de un proyecto piloto. El foco de discusión que tuvimos con este grupo fue bastante técnico, científico y tecnológico, y con un enfoque de desarrollo sostenible”, informó.

Para ello, agregó, que se contó con la participación de doce instituciones, entre universidades y organizaciones nacionales e internacionales, que compartieron las mejores experiencias en gestión hídrica en pequeña, mediana y gran minería, con lo que identificaron 17 estudios de casos de buenas prácticas.

Por su parte, la representante de Sociedad Minera Cerro Verde en el grupo técnico, Julia Torreblanca destacó como un caso de éxito al círculo virtuoso del agua que impulsan en Arequipa y que beneficia a 940 mil personas, lo que representa el 85% de la población.

En su alocución, Fabiola Sifuentes de Compañía Minera Antamina, precisó que aplican la Economía circular y el 99% del agua que utilizan en la planta concentradora proviene de la poza de relaves. “El mayor uso de agua fresca está destinado para abastecer al campamento”, explicó. 

Finalmente, el presidente de la Asociación Civil Labor, Edwin Guzmán, quien también integra el equipo de trabajo, comentó que el desafío es lograr que el agua sea un agente de unidad entre todos y no de conflicto como ha venido sucediendo, a través del reconocimiento y aplicación de las mejores prácticas.