De acuerdo con el Boletín Estadístico Minero del Ministerio de Energía y Minas correspondiente a diciembre de 2023, el Perú cerró ese ejercicio con una producción récord de cobre ascendente a 2.75 millones toneladas, lo que significa un 12.7% más que el 2022, año que cerró con 2.44 millones de toneladas.

Esto fundamentalmente por el aporte de Las Bambas, que pudo operar en forma ininterrumpida desde el segundo trimestre y de Quellaveco, las que en conjunto representaron el 22.6% de la producción nacional.

Sin embargo, revisando un estudio del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) de 2013, podemos advertir que, si bien desde ese año a la fecha entraron en operación: Constancia, Las Bambas, Quellaveco, Mina Justa y la ampliación de Cerro Verde y Toromocho, que han posibilitado que la producción de cobre se duplique, otros importantes proyectos no han avanzado y desde hace una década o más solo figuran en el portafolio como grandes oportunidades.

Es así, que en 2013 el Perú contaba con 18 proyectos cupríferos con EIA aprobado y exploración avanzada, entre los que figuran, al igual que hoy después de 10 años: La Granja, El Galeno, Tía María, Minas Conga, Río Blanco, Los Calatos, Cañariaco, Los Chancas, Haquira y Michiquillay, entre otros. 

Con la puesta en producción de estas iniciativas, se estimaba que en 2019, nuestro país produciría nada más ni nada menos que 4.9 millones de toneladas, lo que hubiera tenido un gran impacto en el PBI y las exportaciones nacionales.

Empero, el incremento de la tramitología y la creciente inestabilidad política, que restan competitividad y confianza, han mellado la actividad minera y han imposibilitado que grandes iniciativas privadas se concreten en beneficio no solo de las regiones donde se desarrollan, sino del país en su conjunto.

Es oportuno y absolutamente necesario que las autoridades públicas en todos los niveles y la población, comprendan de la trascendencia del pleno desarrollo de la minería para el bienestar y crecimiento del país, con el fin que juntos empujemos este barco, pues de ello depende que las presentes y futuras generaciones puedan tener más y mejores oportunidades en forma descentralizada. 

El Perú cuenta con los recursos geológicos, el capital humano, empresas de servicios y una supraestructura, entre otros componentes del ecosistema minero, suficientes para proveer al mundo de los minerales estratégicos que se requieren para enfrentar el cambio climático, trabajemos para disminuir las trabas que frenan su desarrollo y, de aquí a diez años, lograr que más peruanos salgan de la pobreza y alcancen una vida digna en base a la riqueza minera.

El Director