Quisiera empezar este comentario resaltando la gran importancia que tiene la exploración minera en la búsqueda de un futuro promisorio para nuestro país.

El futuro de la economía mundial es difícil de imaginar considerando los cambios irreversibles que ha sufrido a raíz del surgimiento de nuevos protagonistas, intensas disputas comerciales, el desarrollo vertiginoso de la tecnología, la inestabilidad política internacional y la expansión del populismo junto al resurgimiento de fobias y racismos radicales que hacen las cosas más complicadas aún.

En estas circunstancias, los países emergentes como el Perú necesitan una fortaleza interna excepcional que les permita afrontar los vaivenes globales y la volatilidad económica mundial y requieren también estabilidad política para afrontar el reto de mantener el crecimiento económico, la generación de empleo y la inversión requerida para cerrar las brechas sociales pendientes.

Lamentablemente, ello no lo están logrando la gran mayoría de los países latinoamericanos, incluido el Perú, debido a la polaridad política, la corrupción, las tendencias populistas y la falta interna de objetivos comunes.

La minería es un negocio fundamental cuya viabilidad descansa en gran medida en los precios de los metales que no controlamos y que dependen de un mercado de capitales cada vez más volátil, de esencia cortoplacista y dependiente de hechos, eventos y conflictos puntuales que ocurren en cualquier esquina del planeta. 

Su desarrollo, mayormente en regiones apartadas con limitada infraestructura, representa un reto económico, tecnológico, socioambiental y político. El carácter cíclico de la economía global, junto con las exigencias de un mercado impaciente y especulativo retan periódicamente la rentabilidad y liquidez de las empresas y dificultan un planeamiento sostenido de su desarrollo. Esta variabilidad, a veces extrema, afecta también a sus proveedores, sus profesionales, las poblaciones vinculadas y a los mismos países donde se desarrolla esta industria.

Definitivamente, sin exploración, no hay minería, por ello debemos eliminar las barreras a la inversión en exploración minera que, siendo una actividad de altísimo riesgo, requiere que se mantenga un esfuerzo de promoción e incentivos para su desarrollo, pero ello no viene ocurriendo en el Perú, pues desde hace 10 años se vienen creando normas, políticas y procedimientos que demoran o impiden la exploración minera.

¡Necesitamos coherencia! Necesitamos conceptos y políticas que impulsen el desarrollo minero en su conjunto. Si no hay exploración no habrá nuevos descubrimientos y, sin ellos, no existirán nuevos recursos minerales ni nuevas minas para el futuro. 

Miguel Cardozo, segundo vicepresidente IIMP