La reciente realización del Rumbo a PERUMIN – Edición del Bicentenario con la participación de los CEO de las principales empresas globales que operan en el país junto a autoridades de gobierno y expertos nacionales e internacionales, ha dejado en claro el trascendental aporte que realiza la industria minera a la economía peruana y las perspectivas alentadoras que posee por su innegable potencial geológico y un contexto de precios favorables.Sin embargo, también se ha hecho énfasis en que estos dos componentes por si solos no son suficientes en la actualidad para garantizar un pleno desarrollo de la minería sino que requiere tanto de un marco normativo que fomente su competitividad como un enfoque desde la empresa que la convierta en aliada estratégica y parte del desarrollo integral de los territorios donde opera.Por el lado de la competitividad como país minero, con el inicio del nuevo gobierno se abre una gran oportunidad para arribar a consensos en torno a la minería que queremos y formular políticas de Estado con visión de largo plazo para impulsar esta actividad y aprovechar en forma eficiente los ingentes recursos que genera a favor del fisco, con el fin que se traduzcan en bienestar y desarrollo concreto de la población.En lo que se refiere a la aplicación del enfoque empresarial basado en los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) vinculados con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), si bien buena parte de las compañías que operan en el país ya transitan por ese camino, es fundamental involucrar en forma articulada al íntegro de actores del sector para que esta visión de minería con propósito sea la piedra angular del desarrollo sostenible de las zonas mineras.Con todo lo expuesto en estos días de análisis y debate, es innegable que la minería en el Perú constituye una gran oportunidad para no solo recuperarnos de la crisis que ha significado la pandemia sino y, sobre todo, para marcar un rumbo de desarrollo para el país en base a su principal actividad económica, articulándola con otros sectores con el fin de potenciar un círculo virtuoso de encadenamiento productivo a favor de un progreso integral.Con ese objetivo, deben trabajar estratégicamente Estado, empresas y comunidades para solventar consensos que permitan un adecuado aprovechamiento de nuestros recursos mineros y, de esa forma, gatillar el desarrollo sostenible y sustentable que todos anhelamos.Venancio Astucuri, director revista Minería