REVISTA MINERÍA 531 | EDICIÓN DICIEMBRE 2021

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / DICIEMBRE 2021 / EDICIÓN 531 64 lugares del sustrato rocoso sobre los que habitualmente se asientan las estructuras. El problema que viene planteándose en estos últimos años, es la dificultad de interpretación de estos ensayos, habida cuenta que en cada obra y por cada técnico responsable, se ha "adaptado" el clásico ensayo Lugeon a las necesidades o posibilidades puntuales, sin posibilidad alguna de establecer unidades de permeabilidad que permitan a cualquier técnico o especialista comprender los informes elaborados, y que en algunos casos se llega a realizar extrapolaciones inadmisibles. Muchos autores han tratado de establecer correlaciones entre los resultados de permeabilidad con la absorción de cemento por tramo ensayado e inyectado. Según Cambefort H. (1968) y Evert K. (1990), la relación entre la permeabilidad y la absorción de cemento no puede existir. Esta afirmación es muy cierta, ya que no es posible mediante un valor de permeabilidad asumir las características de las discontinuidades de un terreno en un tramo que ha sido inyectado con agua y posteriormente con mezcla de cemento, esto solo podría existir en el caso que todas las fisuras tuvieran sensiblemente la misma abertura. Si se pudiera establecer tal relación simplificaría enormemente el reconocimiento, ya que el ensayo de permeabilidad indicaría a la vez el estado de la roca y la cantidad de cemento necesario para el tratamiento. Las pruebas de agua a presión Lugeon son a menudo usadas en cada intervalo de inyección para ayudar a seleccionar la mezcla de lechada. Sin embargo, la experiencia y la teoría han indicado una muy pobre relación entre los valores de permeabilidad Lugeon y las absorciones de lechada. Las pruebas Lugeon o similares pueden ser usadas en los agujeros primarios de exploración, para obtener una idea general de la permeabilidad inicial en los estribos y del área principal de fundación de la estructura; comparaciones posteriores o adicionales son ejecutadas en agujeros de chequeo y control después de cada fase o cuando la inyección haya concluido, para ver si se ha logrado una reducción suficiente del coeficiente. Según recomendación de M. Lugeon (1930), se especifica que para presas menores de 30 m de altura, y con capacidad de absorción de agua a presión en su cimentación rocosa no mayor de 3 UL, no se necesita tratamiento de impermeabilización mediante inyecciones de lechada de cemento. Asimismo, tampoco se requería de este tratamiento en las presas mayores de 30 metros de alto con absorciones de agua a presión por la roca del basamento de 1 UL. Shimoda M. & Ohmori H. (1982), llaman la atención sobre la imposibilidad de establecer relaciones entre las Unidades Lugeon y los coeficientes de permeabilidad, ya que no se puede considerar que el flujo esté gobernado por la ley de Darcy, observándose en algunos casos que la velocidad de filtración es muchas veces mayor que el valor estimado a partir del cálculo del coeficiente de la permeabilidad. Evert H.K (1985) y Houlsby A. C. (19771990), recomiendan que el fin del proceso de inyección sea definido cuando se obtienen vaFigura 7. Cemento rellenando fracturas, sondaje de comprobación (Presa Pahuaypite, Cerro Lindo).

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