MINERÍA Edición Semanal 89 | Del 24 al 30 enero 2022

29 AÑO 3 - Nº 87 / ENERO 2022 El tema de cabecera de cuenca y su intangibilidad, nace de una posición política e ideológica anti inversión especialmente antiminera, para no permitir o restringir actividades económicas especialmente de carácter extractivo. Quienes están impulsando la intangibilidad de las cabeceras de cuenca pregonan que la minería contamina las aguas y suelos en las partes altas de la cuenca, impidiendo de esta manera la agricultura y la ganadería en las partes media y baja. Esta posición se rebate fácilmente con evidencias. En los territorios altoandinos donde hay actividad minera formal, también se desarrolla agricultura y ganadería en las partes medias y bajas. El que la agricultura familiar altoandina sea de subsistencia, no se debe a la actividad minera sino al histórico abandono del Estado que jamás se ha preocupado por brindar tecnología a los agricultores para incrementar su productividad agropecuaria y menos aún, ha tratado de formar los corredores económicos que son los que sacarán a los campesinos de esa situación. La pobreza de la agricultura altoandina no se elimina impidiendo que se desarrolle paralelamente la minería en el mismo territorio, se erradicará luego de un profundo estudio y análisis multisectorial de todos los actores: gobierno, empresas mineras, forestales, usuarios de ciudades y comunidades y la academia. El abordaje académico de lo que es una cabecera de cuenca servirá como herramienta para lograr el desarrollo territorial de la cuenca y, a la vez, gestionar las políticas de prevención que permitan reducir los desastres naturales cuando se generan grandes precipitaciones conocidas como el fenómeno de El Niño.

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