REVISTA MINERÍA 540 | EDICIÓN SEPTIEMBRE 2022

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / SEPTIEMBRE 2022 / EDICIÓN 540 170 rritorio conquistado o anexado al imperio, así como de los habitantes existentes en ellos, por lo tanto, lo establece también en todos los yacimientos mineros, especialmente los auríferos. La clasificación, la puesta en movimiento del personal y el asentamiento de estos en los yacimientos auríferos, que eran necesarios para su explotación, estaban a cargo de los Curacas de los ayllus, los cuales eran supervisados por los Tucuyricuc y por otros funcionarios especiales enviados desde el Cusco, la capital imperial. El Curaca era la autoridad étnica local o el señor principal de un ayllu, que eran agrupaciones de personas en un área delimitada y con posibles antepasados comunes. Siendo la persona más conveniente para los intereses de los incas, el Curaca tuvo una función importante en la explotación de los yacimientos mineros, era idóneo porque servía como intermediario, especialmente en los inicios de las conquistas incaicas. «...los incas, en todo lo que era contra sus leyes y ordenanzas, siempre mandaban se diese gusto y contento a los Curacas...» (Garcilaso de la Vega, pág. 117). Las minas auríferas que pertenecían al Inca en la región del Carabaya, se encontraban entre las localidades actuales denominadas Carabuco, Huayco, Conina y Moho, las cuales habrían sido trabajadas por personas de la región de Omasuyo. «...las de Carabaya son en los cerros de Apuruma y Vilcabamba y el Río Grande de Callama e Hipara, donde eran las minas del Inga, y San Juan del Oro e San Cristobal, en diferentes quebradas y ríos de muchos nombres, los cuales el Inga señalo a los indios destos repartimientos y a los demás que a ellas quisiesen ir a sacar oro, como lo hacen de presente los de Guancane y Vilque y otros comarcanos...» (Diego Rodríguez de Figueroa). En el laboreo de los yacimientos mineros auríferos, existían dos categorías: las que pertenecían al Inca gobernante y las de los grupos étnicos locales. Las primeras fueron trabajadas por personal que habitaba en la región y en algunos lugares con personal accesorio trasladado de otras regiones. Las minas que pertenecían a la comunidad, fueron trabajadas por los habitantes del mismo ayllu, las them; therefore, this was also established in all the mining deposits, especially the gold ones. The classification, the deployment of personnel and their settlement in the gold deposits, which were necessary for their exploitation, were under the responsibility of the Curacas of the ayllus, who were supervised by the Tucuyricuc and by other special officials sent from Cusco, the imperial capital. The curaca was the local ethnic authority or the main lord of an ayllu, which were groupings of people in a delimited area and with possible common ancestors. Being a very convenient person for the interests of the Incas, the curaca had an important function in the exploitation of mining deposits, he was suitable because he served as an intermediary, especially at the beginning of the Inca conquests. "... the Incas, in all that was against their laws and ordinances, always commanded that the Curacas should be pleased and content..." (Garcilaso de la Vega, p. 117). The gold mines that belonged to the Inca in the Carabaya region were located between the current towns of Carabuco, Huayco, Conina and Moho, which would have been worked by people from the Omasuyo region. "...those from Carabaya belong to the hills of Apuruma and Vilcabamba and the Rio Grande of Callama and Hipara, where the mines of the Inga were, and San Juan del Oro and San Cristobal, in different streams and rivers of many names, which the Inga indicated to the Indians of these divisions and to others who wanted to go there to extract gold, as those of Guancane and Vilque and others from the surrounding areas do at present..." (Diego Rodríguez de Figueroa). There were two categories of gold mines: those belonging to the ruling Inca and those belonging to the local ethnic groups; the mines belonging to the ruling Inca were worked by personnel who lived in the region and in some places with accessory personnel transferred from other regions. The mines that belonged to the community were worked by the inhabitants of the same ayllu or

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