MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / SEPTIEMBRE 2022 / EDICIÓN 540 172 From the imperial capital of the Incas, the entire series of stages linked to mining exploitation was controlled, stages linked to the administrative skills of curacas; the supervision and control exercised over this activity was directed from Cusco. The product obtained from the exploitation of gold deposits, which were generally located along the riverbanks and granted by the governing Inca to the ayllus or communities, was delivered in its entirety to the Curacas, who had to strictly supervise the mining operations. Mining in alluvial deposits was performed by washing the sands containing the gold-bearing particles, for which they used pans, where the sands were constantly shaken and washed, in order to remove the waste that accompanied these particles, which were recognized by their yellow color. Gold is considered a precious metal, a native element; the Incas required it for their ornaments because of its yellow color, its metallic shine and because it was not combined with other elements, as well as for its resistance to corrosion. The gold-bearing particles would have had their origin when they were released from the quartz pieces that contained them, by means of the continuous dragging of these by the river waters; these particles after their release, would have been laminated by the boulders that were also dragged by the water currents. Having been divided into small and diverse fractions, these gold particles, due to their high specific weight: 19.3 gr/cm3, were deposited in the depths and bends of the rivers, where water currents were minimal. In the Carabaya region, there were large and interesting extensions of land containing gold particles, but they lacked the water resources to wash this material in order to obtain it, they had to divert the course of rivers by means of irrigation ditches, where water had to flow into canals where the gold-bearing material was washed. Gold-bearing sands were washed using a batea, a cube-shaped wooden container, perhaps used since pre-Inca times; this was the main method La máxima autoridad del ayllu –Curaca o kuraka– tenía la gran tarea de movilizar a los habitantes seleccionados para la extracción de las partículas de oro en las minas. Esta actividad constituía una forma de verificación de la fuerza de trabajo existente. El número de personas para el laboreo minero era diverso, el cual dependía de las necesidades operacionales, de las características demográficas, así como geográficas; el poder central a través de sus funcionarios controlaba el volumen de producción. La actividad minera tuvo un importante interés por parte de los gobernantes incas, existió un sistema administrativo que logró una exitosa y una abundante producción. Desde la capital imperial, se controlaba toda la serie de etapas vinculadas a la explotación minera, fases ligadas a las aptitudes administrativas de los Curacas. La supervisión y el control ejercido sobre esta actividad era dirigida desde el Cusco. El producto obtenido mediante la explotación de los yacimientos auríferos que se realizaban generalmente en las riberas de los ríos y otorgados por el Inca gobernante a los ayllus o comunidades, era entregado íntegramente a los Curacas, quienes debían realizar una estricta supervisión del laboreo minero. La explotación en los yacimientos aluviales se realizaba mediante el lavado de las arenas que contenían las partículas de oro, para lo cual utilizaban bateas, donde las arenas eran en forma constante, agitadas y lavadas, con la finalidad de eliminar los estériles que acompañaban estas partículas, que se reconocían por su color amarillo. El oro es considerado como un metal precioso, es un elemento nativo. Los incas lo requerían para sus ornamentos, por su color amarillo, por su brillo metálico y porque no estaba combinado con otros elementos, además por su resistencia a la corrosión. Las partículas auríferas habrían tenido su origen al haberse liberado de los trozos de cuarzo que las contenían, mediante los continuos arrastres de estos por las aguas de los ríos. Estas partículas luego de su liberación, habrían sido laminadas por los cantos rodados que también eran arrastrados por las corrientes de las aguas. Habiendo quedadas divididas en pequeñas y diversas fracciones, estas partículas de oro, por su gran
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