MINERÍA Edición Semanal 123 | Del 19 al 25 de septiembre 2022

76 Edición Semanal Un modelo calibrado puede combinarse con los criterios de ingeniería utilizados para el diseño subterráneo –resistencia a la compresión, a la tracción o al cizallamiento, inestabilidad estructuralmente controlada o potencial de estallido de rocas– para examinar la posibilidad de que se produzcan en cada secuencia de extracción (Board et al., 2001; Wiles, 2006; Castro et al., 2012). El uso de códigos 3D es esencial para este tipo de análisis, ya que los tajeos que se extraen no son necesariamente coplanares con otros. Una ventaja adicional de la utilización de modelos 3D es la capacidad de cuantificar el volumen del macizo rocoso que ha sido extraído o que ha sido declarado “en riesgo” en función de un determinado criterio de inestabilidad. Dado que se requieren propiedades adecuadas del macizo rocoso para llevar a cabo un tajeo abierto por subniveles, y ya que este método incluye la presencia de pilares, el estallido de rocas y la sismicidad inducida por la minería son problemas habituales que se plantean en el control del terreno. La envolvente de falla bilineal reportada por varios autores (Martin et al., 1999; Diederichs, 1999; Kaiser et al., 2000; Kim & Kaiser, 2008) señalan una zona de microsismicidad en valores de tensión desviadora (σ1-σ3) que se sitúan por encima de la envolvente del umbral de daño. Castro et al. (2012) asignan valores similares y designan un ratio de 0.7 como umbral de estallido por deformación y daño del macizo rocoso. Se denomina ratio de cizalla frágil (BSR) y puede utilizarse en la industria como criterio de diseño para las alternativas de secuencia de tajeo (Shnorhokian et al., 2015; Heidarzadeh et al., 2019), así como los parámetros geométricos del tajeo, como las dimensiones y el buzamiento (Heidarzadeh, et al., 2018). Figura 2a. Tajeos en los cuatro niveles activos entre L1550 y L1460 con los inactivos en L1580 y L1430.

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