MINERÍA Edición Semanal 123 | Del 19 al 25 de septiembre 2022

86 Edición Semanal Existían dos áreas auríferas importantes en el Collasuyo: una estaba situada al noreste del lago Titicaca, denominada Carabaya, que comprendía la cuenca este de la cordillera de los Andes y de las cuestas cubiertas de árboles del piedemonte de la Amazonía, los yacimientos auríferos estaban situados entre los 1,500 a 2,500 msnm. La otra zona estaba situada al sur-este del lago Titicaca, cerca de la ciudad de La Paz, en la cuenca alta de la meseta andina, a una altitud promedio de unos 3,600 msnm. Los incas organizaban el trabajo en las distintas actividades, basados principalmente en el privilegio soberano que poseía el Inca gobernante sobre el territorio conquistado o anexado al imperio, así como de los habitantes existentes en ellos, por lo tanto, lo establece también en todos los yacimientos mineros, especialmente los auríferos. La clasificación, la puesta en movimiento del personal y el asentamiento de estos en los yacimientos auríferos, que eran necesarios para su explotación, estaban a cargo de los Curacas de los ayllus, los cuales eran supervisados por los Tucuyricuc y por otros funcionarios especiales enviados desde el Cusco, la capital imperial. El Curaca era la autoridad étnica local o el señor principal de un ayllu, que eran agrupaciones de personas en un área delimitada y con posibles antepasados comunes. Siendo la persona más conveniente para los intereses de los incas, el Curaca tuvo una función importante en la explotación de los yacimientos mineros, era idóneo porque servía como intermediario, especialmente en los inicios de las conquistas incaicas. El íntegro de este interesante artículo no se lo pierda en la edición especial por PERUMIN 35 Convención Minera.

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