72 Edición Semanal los sectores de la economía del mundo se están adaptando a las nuevas exigencias del cambio climático. Como parte de esto, el globo vive hoy una revolución gigante de transición energética que implica desfasar, lo más urgente posible, los vehículos de combustión a gasolina (petróleo) por eléctricos y generar energía de cero emisiones de CO2 como la solar, eólica y otras. Ahora bien, sin el cobre, cobalto, níquel, litio y otros metales no podría llevarse a cabo esta revolución. En ese sentido, el futuro de la demanda de cobre y otros se ve brillante. Bajo nuestro caso base de transición energética, hacia el 2040 se necesitarán desarrollar alrededor de 60 proyectos del tamaño de Quellaveco. Por otro lado, tan importante como producir cobre y otros metales es “la calidad de producción”. Esta debe impactar mínimamente el medio ambiente, debe ser socialmente responsable y las corporaciones deben tener políticas transparentes y sostenibles. Esto se conoce como exigencias de ESG por sus siglas en inglés. Sin estos requisitos será muy difícil que los shareholders financien un proyecto minero que requiere de billones de dólares. ¿Qué representa Latinoamérica en términos de oferta global del cobre? Esta región con una participación de casi el 45% de la producción global, es fundamental en la oferta actual de cobre. Sin embargo, la mayor producción está concentrada en dos países: Chile y Perú, que representan casi el 85% del total. Mirando a futuro Latinoamérica posee actualmente el 53% de todas las reservas cupríferas del mundo y el 50% de las reservas y recursos juntos. Esto, concentrado en La electromovilidad impulsará la demanda cuprífera.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTM0Mzk2