76 Edición Semanal Desde los últimos setenta años, la metodología Lean ha cambiado la manera de entender los procesos y flujos de trabajo. Enfocada en maximizar el valor del producto final a través de la reducción de desperdicios y de una rigurosa estandarización para evitar las variabilidades o irregularidades, esta filosofía transformó el desempeño operativo de múltiples industrias, convirtiéndose en uno de los frutos más importantes de la tercera revolución industrial. Sin embargo, con el crecimiento de las tecnologías digitales y la industria 4.0, una nueva manera de diseñar y distribuir la cadena trabajo ha entrado a escena: la metodología ágil. Nacidas en el mundo de la ingeniería de software, las técnicas agiles plantean lo que parece ser un cambio significativo frente al enfoque Lean: cargas de trabajo variables, periodos cortos (sprints), iteraciones rápidas y equipos multidisciplinarios para romper el aislamiento entre las diferentes funciones. Pero, a pesar de las distancias en su terminología, Lean y Agile comparten el mismo fundamento: maximizar el valor entregado a los clientes minimizando de forma segura los recursos utilizados. Por: Sebastian Heitz, Associate Partner; Martin Maestu, Senior Partner; Matías Marcote Partner y Joël Thibert, Associate Partner, en Mckinsey & Company. Las herramientas adecuadas para cada trabajo: Lean y Agile para mantenimiento Minería 4.0
RkJQdWJsaXNoZXIy MTM0Mzk2