56 Edición Semanal La medición de un fenómeno, en este caso los costos, bajo esas dos referencias –operacional y estructural– es bidimensional, obviamente incompleta (restringida). Es incompleta porque le estarán faltando dos referencias para redondear el sentido del ente social. La perspectiva bidimensional, en este caso, sería solo una referencia interna y la empresa tiene que estar enganchada en la sociedad para que se justifique, para que exista. Así, a la versión restringida al ubicarla en el punto final de una imaginaria “curva de valor” le estará confiriendo la singularidad de externa. Todo hecho referido a la entidad empresa, en este caso el costo, es externo, más allá de lo que pudiera revelar la clásica lista de lavandería. Costos de perforación y voladura: explosivos, personal, aceros, y otros, es la clásica lista de lavandería. Costo es una entidad externa. En resumen, el esfuerzo interno –bidimensional– recién adquiere trascendencia cuando se le ubica fuera de la empresa, cuando se le añade el indispensable enfoque externo. Hasta aquí: “Costo es el resultado de transacciones realizadas en un espacio tridimensional, en el extremo de una hipotética curva de valor. Es una entidad externa”. La dimensión temporal El concepto recién se completa cuando el enfoque tridimensional se sitúa en el tiempo, ya que se relaciona con una entidad de duración indefinida (en nuestro caso la empresa) por lo que necesariamente sus actos deberán estar contenidos en esa cuarta referencia que le confiere Apéndice A Diagrama de Posición
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