18 Edición Semanal las partes, promover un diálogo constructivo con un enfoque multiactor para el desarrollo territorial, con la participación del Estado para capacitar a la gente, cerrar brechas y darles bienestar”, puntualizó. En ese contexto, señaló que las empresas para incrementar la cooperación y disminuir el nivel de los conflictos deben contemplar siete estrategias clave: tener una política de relacionamiento de puertas abiertas, cumplir los compromisos y fomentar la transparencia, impulsar proyectos de desarrollo con valor compartido y promover un enfoque multiactor. Asimismo, lograr una mayor integración con la economía local a través de la generación de empleo y la contratación de empresas de la zona donde opera y finalmente tener un propósito claro que apunte a la sostenibilidad como parte del negocio, sobre la base de los criterios environmental, social and governance (ESG). Específicamente sobre el valor compartido, Incháustegui comentó que requiere un cambio de perspectiva del “esfuerzo” a los “resultados”. “Esto implica ver los problemas sociales como una prioridad del negocio, medir resultados a partir de una línea base, enfocarse de forma proactiva en el desarrollo social y económico, y facilitar esfuerzos colectivos con múltiples aliados”, detalló. En ese sentido, expresó que el valor compartido presenta nuevas oportunidades para crear espacios de diálogo constructivo y soluciones competitivas, con lo que se logra mantener la licencia social y se coadyuva a tener un mundo más sostenible. Debe fomentarse el valor compartido.
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