REVISTA MINERÍA 545 | EDICIÓN FEBRERO 2023

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / FEBRERO 2023 / EDICIÓN 545 5 Competitividad en tiempos complejos Editorial En un mundo globalizado y de libre mercado, los países compiten por atraer a los capitales de inversión, con el fin de generar empleo de calidad e ingresos fiscales, aprovechando sus ventajas comparativas, para llevar bienestar y desarrollo a la mayor cantidad de sus habilitantes. Para ello, es fundamental contar con potencial en un determinado sector de la economía, reglas claras, respeto del Estado de Derecho, estabilidad social e incentivos adecuados, que permitan al país ser competitivo frente a las demás naciones que ofrecen o tienen potencial similar. En el caso del Perú que, de acuerdo con estudios internacionales, cuenta con la zona de la cordillera de los Andes más rica en minerales del planeta, claramente destaca por su potencial geológico para producir los metales que el mundo requiere en la actualidad para hacer frente al cambio climático y la transición hacia una economía verde. Es decir, nuestra ventaja comparativa de lejos está ligada a la actividad minera. Prueba de ello, es que en los últimos 30 años han llegado al país inversiones de las principales empresas mineras del mundo, gracias al marco jurídico establecido en la Constitución Política de 1993. Lamentablemente, con el tiempo lo que en un inicio fue un sistema de regulación minera ágil y adecuado, en la actualidad es un frondoso, enmarañado y complejo grupo de normas e instituciones, que han establecido hasta requisitos completamente desproporcionados —como la consulta previa para las exploraciones—, que han restado competitividad al país. Es así, que según el Índice de Competitividad Minera, que presentó la consultora Macroconsult en el más reciente PERUMIN, el Perú se ubica en el último lugar en este ranking, detrás de países mineros como Australia, Canadá, Sudáfrica, Chile, México y Colombia. Los factores que explican esta menor competitividad tienen que ver con los indicadores de política fiscal, regulación y entorno social, con lo que queda claro que no basta con tener un gran potencial geológico. Igualmente, en las tres últimas ediciones del Índice del Instituto Fraser, el Perú viene retrocediendo en su atractivo para atraer inversiones mineras, específicamente por la aplicación de políticas públicas que ahuyentan a los capitales. Si a ello le sumamos el clima de inestabilidad política del país, en el que se registran hasta atentados contra unidades mineras, que generan paralizaciones en la producción, advertimos que progresivamente nos estamos convirtiendo en una nación poco atractiva a la inversión minera que, como sabemos, requiere estabilidad por ser una actividad de largo plazo. En ese contexto, la industria no puede esperar a que la gestión pública madure para que ofrezca una respuesta adecuada a esta problemática, sino por el contrario, debe involucrarse y dejar de ser un espectador pasivo y convertirse en agente promotor del cambio, con el fin que se destraben los proyectos, se inviertan adecuadamente los ingresos que genera y, sobre todo, que la población sienta y se inserte en el círculo virtuoso que impulsa la inversión privada responsable, respetuosa del medio ambiente y propulsora del desarrollo sostenible. La minería peruana está probadamente en condiciones de gatillar que el Perú se convierta en el país desarrollado que todos anhelamos, solo es cuestión de arribar a consenso, planificar adecuadamente y lograr que la mayoría se beneficie de los ingentes recursos minerales que poseemos en las entrañas de la tierra. Homar Lozano, director.

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