MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JULIO 2023 / EDICIÓN 550 10 Adicionalmente, establecen que, para garantizar su eficacia, los mecanismos de reclamo deben ser legítimos, accesibles, predecibles, equitativos, transparentes, ser compatibles con los derechos, ser una fuente de aprendizaje continuo, y estar basados en la participación y el diálogo con los grupos interesados (Naciones Unidas, 2011). La experiencia de las empresas implementando estos mecanismos ha demostrado que, para tener un MQR robusto y eficaz, la gestión interna es igual de importante que los criterios de eficacia arriba descritos (Kemp, D., Gotzmann, N., 2009; Rees, 2008). Los MQR deben entenderse como parte de la estrategia integral de gestión social de las empresas y no como mecanismos aislados. El MQR es una herramienta de control de los impactos y riesgos residuales generados por las operaciones y está destinado a lograr una remediación eficaz. Sin embargo, según Moffat, K., Zhang, A. (2014) para construir una relación de confianza duradera, la inversión social como estrategia de mitigación debe ir acompañada de un trato de respeto y toma de decisiones conjuntas a través del diálogo. Los Principios Rectores han contribuido al surgimiento de un nuevo modelo empresarial que integra la perspectiva de los derechos humanos a sus operaciones y a lo largo de su cadena de suministro (UNWG, 2021). Esto implica una nueva perspectiva del riesgo vinculada a los potenciales impactos empresariales sobre los derechos humanos y difiere de las tradicionales evaluaciones de riesgos que analizan cómo los factores externos impactan a la empresa y generan riesgos si no son manejados (OCDE, 2018). Los PRNU definen las responsabilidades y la interconexión de las acciones de los Estados y las empresas para prevenir, mitigar y remediar los impactos reales o percibidos de las actividades empresariales en los derechos humanos. Establecen que los Estados deben proteger los derechos humanos, las compañías deben respetarlos y las víctimas necesitan acceder a un remedio efectivo. Los PRNU introdujeron también el concepto innovador de la debida diligencia de derechos humanos, proceso que deben llevar a cabo las empresas para identificar, prevenir, mitigar y explicar cómo abordan estos impactos negativos reales y potenciales en sus propias actividades, su cadena de suministro y otras relaciones comerciales. Este proceso es clave para que las compañías cumplan con su responsabilidad de respetar los derechos humanos, a través de la prevención de los potenciales riesgos adversos de la actividad empresarial, en donde los MQR son una herramienta de control importante del riesgo. Cuando los PRNU fueron aprobados, las empresas mineras a nivel global ya llevaban una década implementando las recomendaciones del informe: “Abriendo nuevos caminos” de la iniciativa Mining, Minerals and Sustainable Development (Cochrane, 2017). El sector estaba en un proceso de profesionalización de la función social, estableciendo sistemas de gestión basados en políticas, estrategias y programas (Kemp, D. Owen, J., 2020), para establecer una relación de confianza con la comunidad y lograr la licencia social para operar. En ese contexto, el Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM, por su sigla en inglés) y algunas empresas, generaron guías para contribuir a un mejor entendimiento de los potenciales impactos de sus actividades principalmente en las comunidades localizadas alrededor de sus operaciones (GIZ, 2022). En 2019, el ICMM publicó la guía Gestión y Resolución de Preocupaciones y Quejas a nivel local orientada principalmente a apoyar a las compañías mineras en el diseño, la gestión y la mejora continua de sus MQR. En ella se recogen lecciones aprendidas y consejos prácticos para cada uno de los criterios de eficacia de los PRNU y se incorporan los aspectos internos de la gestión de quejas.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTM0Mzk2