REVISTA MINERÍA 550 | EDICIÓN JULIO 2023

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JULIO 2023 / EDICIÓN 550 20 el proyecto CERALC, considera que hay pocos MQR, y estos no suelen estar alineados con los criterios de eficacia y carecen de participación de los grupos de interés en su diseño, implementación y evaluación. A su vez, en términos generales, los MQR no son sensibles al género. Diversas investigaciones (Eftimie et al., 2009; Wisborg, 2014; Keenan et al., 2016; Kimotho y Ogol, 2021) han demostrado que las mujeres y las niñas experimentan impactos negativos diferenciados y desproporcionados de las operaciones empresariales y con ello, la necesidad de reforzar las responsabilidades y la rendición de cuentas de las compañías en este sentido. En 2019, el UNWG presentó un reporte sobre las dimensiones de género de los PRNU. Entre sus propuestas se encuentra la relevancia de contar con MQR que sean sensibles al género y a los impactos diferenciados. Para ello, los MQR deben ser diseñados, de forma culturalmente apropiada, para este objetivo, consultando con las mujeres y niñas los canales de acceso óptimos. A su vez, los funcionarios deben estar sensibilizados a las temáticas de género, incluyendo la violencia o el abuso. Y, entre otros factores, asegurar la recolección de información del MQR con datos desagregados por sexo es crucial para inferir su eficacia. La mayoría de los MQR analizados son responsabilidad del área de Gestión o Desempeño Social y tienen como tema transversal la gestión de riesgos. Se han identificado algunas empresas en las cuales, dentro del área de Gestión Social, existe un equipo especializado encargado del manejo de los reclamos y otras compañías que han migrado su MQR al área de Cumplimiento, buscando minimizar el riesgo de que los reclamantes perciban al equipo de Relaciones Comunitarias como juez y parte. Los mecanismos más sólidos son aquellos en los que existe un líder de alto nivel, como el gerente general, comprometido del valor de la gestión social en la sostenibilidad y rentabilidad del negocio. Esto mejora los flujos de información, genera análisis robustos, equipos más diligentes, una mayor y mejor asignación de recursos financieros y humanos, y las evaluaciones redundan en mejores procedimientos y políticas del MQR. Para cumplir con los criterios de eficacia, los MQR deben ser parte de la cultura empresarial y estar integrados en toda la gestión social de los grupos de interés y no pueden ser un mecanismo aislado cuya responsabilidad recaiga solo en el área de Relaciones Comunitarias. Adicionalmente, las empresas requieren seguir profundizando las prácticas de involucramiento de la comunidad en la toma de decisiones a lo largo de todas las fases del proceso de reclamo para crear confianza y, por ende, en la validez de los MQR. Estas prácticas demuestran el respeto a los derechos humanos de la comunidad. Se ha avanzado en lo que respecta a convertir estos mecanismos en fuentes de aprendizaje continuo. Por ejemplo, durante la emergencia provocada por la pandemia del COVID-19 varias empresas establecieron nuevos canales digitales de acceso, los cuales se han integrado permanentemente en la gestión de los MQR. En contraste, en la transparencia de la información y el compromiso con el diálogo en las distintas etapas del proceso de quejas son limitados. No es común que las empresas publiquen la información de sus MQR. En general, los mecanismos son poco conocidos fuera del ámbito empresarial y no están coordinados con los mecanismos de reclamo estatales. Las compañías suelen toma decisiones internamente sobre su mecanismo y, a veces, en el mejor de los casos, las comparten para opinión con las comunidades. Sin embargo, pese a que se han hecho esfuerzos en la incorporación, por ejemplo, de las lenguas locales, el diálogo con los reclamantes no ha sido frecuentemente utilizado en su diseño, limitando la construcción de confianza en el proceso de remediación de los impactos.

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