MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JULIO 2023 / EDICIÓN 550 5 La evolución de la gestión social en minería Editorial En la medida que el Perú es un país con una larga tradición minera, siempre hubo una estrecha relación entre población y empresa, que ha evolucionado en el tiempo, en especial, teniendo como uno de sus más importantes antecedentes al Código de Minería de 1950, que incorporó lo que don Mario Samamé Boggio llamaba una nueva política social. Al respecto, en su obra Minería Peruana (1972) señala: “la minería realiza en nuestros Andes una auténtica labor de promoción social, incorporando a la economía nacional grandes núcleos de campesinos analfabetos, que vivían anteriormente en condiciones infrahumanas”. En ese contexto, también indica que la minería proporciona a los obreros y sus familiares: vivienda, asistencia médica y hospitalaria, escuelas, transporte, comunicaciones, alumbrado y agua, así como ofrecía en esa época a precio de costo víveres, vestido y alimentación. A ello se sumó la oportunidad para que los hijos de los trabajadores puedan capacitarse “e integrarse a la nacionalidad como profesionales, técnicos, personal de mando intermedio, obreros calificados, etc.”. Con el tiempo ese inicial esfuerzo que tenía como eje a los trabajadores y sus familias se extendió a las comunidades y poblaciones circundantes a las operaciones, con un apoyo solidario que era paralelo al pago de impuestos y contribuciones al fisco. Sin embargo, ante la ausencia del Estado en las zonas con presencia minera se tomó como centro a las empresas -que en muchos casos asumieron esa responsabilidad- para solucionar temas relacionados a servicios básicos fundamentales, lo que obviamente rebasaba a sus atribuciones. Es así, que a inicios del presente siglo se crean las áreas de Relaciones Comunitarias en las compañías mineras como una forma de priorizar este aspecto fundamental y con el tiempo se incorpora la visión de valor compartido, en la que el eje central de los territorios no es la empresa sino el desarrollo de la comunidad. Pese a situaciones de alta conflictividad, como resultado de un proceso de interacción en el que han incursionado actores externos con diferentes intereses, la aparición del COVID-19 visibilizó la genuina preocupación de las empresas del sector por su entorno mediato e inmediato, con un apoyo concreto en los momentos más críticos de la pandemia. En la actualidad, con la incorporación del enfoque basado en aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por su sigla en inglés), las empresas del sector trabajan en lo que se denomina la Minería con propósito, que va más allá de las acciones independientes y se fundamenta en una labor articulada con las poblaciones y sus representantes válidos para promover el desarrollo territorial inclusivo y diversificado, teniendo como palanca a la minería. Desde sus albores como bien lo reseña don Mario Samamé hasta nuestros días, la minería como motor principal de la economía, ha jugado un papel fundamental en el desarrollo local, regional y nacional, y debe continuar por esa senda perfeccionando sus procesos de relacionamiento, pero también con un acompañamiento eficiente del Estado y la población para conseguir que el progreso se logre de manera sistemática en beneficio de los más pobres y vulnerables. Si bien hoy en día la actividad minera no tiene el reconocimiento que amerita por parte de la población en general, esto debe ser un desafío y una oportunidad para hacer cada vez mejor las cosas, con el fin no solo de comunicar eficazmente sino, sobre todo, demostrar como la minería ha transformado y tiene la posibilidad de transformar la vida de millones de peruanos, para que tengan una vida digna y un futuro con oportunidades reales de desarrollo integral. Homar Lozano, director.
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