REVISTA MINERÍA 553 | EDICIÓN OCTUBRE 2023

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / OCTUBRE 2023 / EDICIÓN 553 132 Histórico Breve repaso a la historia de la metalurgia peruana I Nuestra metalurgia trae tradición milenaria, se ha determinado su origen muy temprano en la historia humana. Igual que la minería, de la que es par, su linaje es vasto y se habría iniciado de forma parecida con mayor o menor antigüedad en todas las culturas preincas aunque determinada por diferencias propias en cuanto a ubicación geográfica. Citamos en anterior Apunte que la metalurgia en América, surgió en el Horizonte Tardío de nuestra evolución cultural plasmada en todo tipo de artilugios, ora ceremoniales ora atavíos y oropeles de la clases preincas. Más sin ninguna duda, sus raíces vienen desde muy lejos, hay quienes sostienen que temporalmente su origen puede llegar al Horizonte Intermedio Tardío, mientras otros sostienen que aún mucho atrás. Metalurgia preinca e inca Podemos rastrear el inicio metalúrgico peruano hasta la cultura preinca de Vicus —Piura, costa norte de los Andes centrales 500 a.C.—. Los vicus obraron la técnica metalúrgica realizando aleaciones de plata, oro y cobre que usaron para forjar instrumentos de labranza y armas: hachas, jabalinas, pecheras y porras estrelladas. Igual surcaron el arte ornamental creando orejeras, narigueras, ganchos, máscaras, collares y coronas. Por: Augusto V. Ramírez, miembro del American College of Environmental and Occupational Medicine. en los Andes centrales del Perú Apuntes para la historia de la minería Existen crónicas españolas que revelan como desde la llegada misma de Pizarro a tierras piuranas los nativos ya dominaban métodos de fundición de minerales. Escritos hay que narran a ciencia cierta: “Las primeras fundiciones realizadas por las españoles datan de la llegada de Francisco Pizarro, quien mandó fundir ciertas figurillas de oro que los caciques de Hachire —La Chira—, Almotaje —Amotape— y Tangarara —Tangarará— y el de Tumbes habían dado de presente... Esta inaugural fundición para reducir el oro a tejos se habría realizado en Tangarará en el Puerto de San Miguel de Piura …”. Luego los Sicans forjarían aleaciones de cobre usando intensivamente fuego y cuyo manejo consistía en armar bajo tierra hornos de regular capacidad con carbón de leña de algarrobo y cantos rodados. Para acelerar la combustión la cultura Batán Grande incorporó el soplar dentro los hornos con un tubo de cañabrava con boquilla de cerámica en su punta la que introducían entre las brasas, a esta metodología aún hoy se le conoce como “Horno de Pachamanca”. Después los Mochicas desarrollaron una mixtura artesanal de oro-cobre que llamaron Tumbaga, concebida para cambiar el color de un objeto con poco contenido de oro, pues descubrieron que color y brillo dependían del contenido del cobre. Tiempos después los incas con la misma técnica lograrían engañar el codicioso ojo español: los godos por mucho tiempo tomaron por objetos de oro al compuesto tumbaga que solo era aleación de cobre y oro. Las culturas preincas desarrollaron su metalurgia “a pulso”, desde utilitarios a adornos para la casta social dominante, sin embargo, más floreciente fue la destreza metalúrgica para forjar galas sacerdotales de uso en rituales (pectorales, narigueras, orejeras y otros jaeces de oro como el Tumi, un cuchillo ceremonial).

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