MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / OCTUBRE 2023 / EDICIÓN 553 22 Jorge Vargas sin consultarme decidió que me encargue de la construcción de la nueva sede institucional, en un momento sentí que fue una imposición, luego entendí que era la mejor prueba de confianza que Jorge podría hacerme, él tenía sus formas. En ese momento, el Instituto funcionaba en un departamento en las Camelias, en San Isidro y se contaba –en ese mismo distrito– con un terreno que ya tenía un proyecto arquitectónico completo y hasta una maqueta. Por último, gracias a una gestión de Víctor Raúl Eyzaguirre también contábamos con un terreno en La Molina cedido en uso por Bienes Nacionales al Instituto con la condición de construir un local educativo. Las discusiones fueron intensas, desde edificar un local en San Isidro hasta implementar una cancha de fulbito. Finalmente se decidió por construir en La Molina, para evitar perder el terreno, vender el de San Isidro para conseguir fondos y tratar de evitar endeudamiento. Lo que no esperábamos es que Jorge Vargas, que era un entusiasta futbolista, terminó con un tema cardiaco por un sobre esfuerzo en un partido de fulbito y no pudo ocuparse del IIMP. Jorge Ardila, era el segundo vicepresidente y me dijo: “te tienes que hacer cargo” y, con su apoyo, nos hicimos cargo. Terminamos haciendo de todo para culminar de financiar la construcción, incluso “vendimos” las butacas, esto está plasmado en las pequeñas placas que tienen las butacas más antiguas del auditorio institucional como agradecimiento a las empresas y personas donantes. Además, decimos tomar una línea de crédito con el banco. Siempre le tomo el pelo a Jorge sobre este tema. Al tener que garantizar la línea de crédito para asegurar que no se pare la obra del local nos pidieron que el presidente y vicepresidente firmen como garantes. Yo procedí irresponsablemente a firmar el documento bancario sin pensarlo dos veces. Cual no sería mi sorpresa que cuando volteo la cara veo a Jorge con sudor en la frente y hasta temblando. Pensé por un momento que estaba enfermo, pero no. Luego le pregunté y me dijo que estaba bien, pero que estaba pensando que el tenía su departamento y que si firmara podría perder su modesto patrimonio en caso el Instituto tuviera algún tropiezo financiero. Me tomó poco tiempo convencerlo, mi argumento fue muy sencillo: ¿Tú crees que al ver tu firma y la mía, el banco irá por exigir el pago a Jorge Ardila o a Raúl Benavides? Jorge firmó y siempre le recuerdo la anécdota. Luego fuimos elegidos presidente y vicepresidente en 1996, lo que pude hacer en toda mi gestión en el Instituto fue gracias al enorme apoyo entusiasta y desinteresado de Jorge Ardila. Referido también a nuestro local institucional esta el nacimiento de los Jueves Mineros del IIMP. Bajo el liderazgo de David Ballón en el Banco Minero se decidió hacer conferencias todos los jueves sobre temas técnicos mineros, lamentablemente no se realizaban sino 8 a 10 al año por ausencia de temas. Dichas reuniones se llevaban a cabo en el local del Banco en la avenida Wilson. Por otro lado, había mucho miedo que nuestros colegas y los mineros en general, no asistan al local de La Molina por estar en muy lejos de sus centros de trabajo. En un esfuerzo de imaginación, con Jorge Ardila se nos ocurrió inaugurar nuestro local con las conferencias de los Jueves Mineros del IIMP. Para calentar los ánimos decidimos hacer dos reuniones previas a la inauguración en la Universidad de Lima. Nuestro amigo Venancio Astucuri, era en ese momento el director de Metalurgia de este centro de estudios, e hizo la gestión por nosotros. La primera conferencia la hizo Jake Timmers sobre Cerro Verde y, la segunda, Lucio Ríos respecto a Tintaya, las primeras privatizaciones con buenos resultados en el país. El éxito fue enorme y logramos algo que todos pensaban imposible de hacer: tener suficientes temas para todos los jueves del año. Me quedan muchas anécdotas en el tintero sobre el Bar Minero, los inicios del Congreso Internacional de Prospectores y Exploradores (ProEXPLO), el inicio de nuestras convenciones en Tecsup, nuestros programas de promoción minera, el Parque de las Leyendas, los inicios del ISEM y tantas otras…, pero dejemos algo para los siguientes aniversarios del IIMP.
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