MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JUNIO 2024 / EDICIÓN 561 50 También se ha realizado un gráfico que incluye los resultados obtenidos en esta investigación y los resultados de estudios previos realizados por Hoek et al. (2013), Bertuzzi et al. (2016), Winn y Wong (2018) y Winn et al. (2019). El gráfico mencionado se presenta en la Figura 5, en donde se observa con más detalle la tendencia de los valores del GSI calculado con enfoques cuantitativos a encontrarse en la región definida por GSIcualitativo±10 puntos. Por otro lado, si se considera la gráfica de comparación entre el RMR' y el GSI (Figura 6), de manera similar a lo reportado por Ceballos et al. (2014) y Sánchez et al. (2016), se observa que la mayoría de los datos se encuentra dentro del rango sugerido por Ceballos et al. (2014), definido entre las líneas GSI = RMR' + 5 y GSI = RMR' - 15. Por lo que se verifica que este es el intervalo de confianza del índice GSI calculado a partir del RMR'. En esta gráfica también se observa que los valores obtenidos con la formulación de Russo et al. (2009) se encuentran fuera del intervalo de confianza indicado, proporcionando valores conservadores, sin embargo, no se puede generalizar esta afirmación solamente por dos valores fuera del rango esperado. En la Figura 6 se aprecia también que los valores de GSI promedio obtenidos visualmente se ajustan a la línea definida por la relación GSI = RMR' – 5, por lo que, de manera general, y en vista de los resultados obtenidos, constituye una aproximación bastante simple y confiable para el cálculo del GSI a partir del RMR'. Finalmente, al integrar la base de datos de Ceballos et al. (2014) y Sánchez et al. (2016) correspondiente a macizos rocosos ubicados en España y en la cordillera de los Andes, respectivamente, junto con los datos obtenidos en esta investigación (Figura 7), se observa que la tendencia seguida por la mayoría de los datos es similar. Se confirma que el rango de confianza para calcular el GSI a partir del RMR' se encuentra entre GSI = RMR' + 5 y GSI = RMR' – 15, tal como lo indicó Ceballos et al. (2014). Conclusiones 1. Las metodologías cualitativas o visuales para el cálculo del GSI proporcionan resultados con una elevada componente subjetiva, la cual se ha observado incluso considerando que en la encuesta realizada en esta investigación todos los participantes tenían experiencia en caracterización de macizos rocosos en campo. 2. La alta variabilidad de los valores del GSI obtenidos con el enfoque cualitativo se refleja en los coeficientes de variación (COV) de los macizos rocosos evaluados, los cuales se clasifican como bajos a moderados en el caso de los macizos 1 y 2, y altos en el caso de los macizos rocosos 3 y 4, superando los valores sugeridos por Hoek (1998) y Harr (1987), quienes proponen valores de COV bajos para el GSI. 3. En el caso particular del macizo rocoso 4 se tiene una curva de distribución normal más alargada y aplanada respecto a los otros tres casos, con valores de GSI variables entre 15 y 80 puntos. La explicación dada a este comportamiento es atribuible a la presencia de venillas de cuarzo, lo cual tiende a confundir a algunos evaluadores de la calidad del macizo rocoso, debido a que por lo general la presencia de relleno en las juntas reduce la calidad del macizo rocoso; sin embargo, en este caso particular el material de relleno presenta una resistencia superior a la roca encajonante. 4. Los valores de GSI obtenidos con las formulaciones cuantitativas presentan una menor dispersión respecto a los establecidos cualitativamente, lo cual se ve reflejado en los valores de los COV obtenidos en los cuatro macizos rocosos evaluados. Con el enfoque cualitativo, los valores del COV se encuentran entre 0.14 y 0.35 (moderado a alto); sin embargo, con el enfoque cuantitativo los valores del COV se ubican entre 0.06 y 0.15 (bajos a moderados), acercándose más al valor de 0.10 sugerido por Hoek (1998). 5. Las formulaciones cuantitativas deben ser utilizadas con precaución, teniendo en cuenta las características de los macizos rocosos sobre los cuales las relaciones han sido definidas. 6. A pesar de que la base de datos de Ceballos et al. (2014) y Sánchez et al. (2016), corresponden a macizos rocosos ubicados en España y en la cordillera de los Andes, respectivamente, se observa que en ambos casos la mayoría de datos se encuentran dentro Figura 4. Dispersión de los valores de GSI calculados con enfoques cuantitativos.
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