MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JUNIO 2024 / EDICIÓN 561 78 minas y patio y 160,000 habitantes, una enormidad para la época. En 1574, siendo virrey Toledo, el cura Acosta apuntaba que la profundidad de la excavación alcanzaba 400 metros, las vetas variaban 1.65 m. y 21 centímetros de ancho y la ley del mineral se calculaba de 6 a 10 marcos por quintal –el marco equivale en medida actual a 230 gramos por lo que en números de hoy significa 30 a 50 kilos por tonelada métrica–. Vale apuntar que en aquel tiempo se estimaba que un mineral se consideraba pobre cuando el contenido era de 2 a 6 kilos por tonelada métrica. De otro lado, Prieto en su obra: La Minería en el Nuevo Mundo considera que entre 1545 a 1803 las minas de Potosí produjeron plata por un valor calculado en más de un billón de pesos, exactamente 1,095'500,000 y, como hemos revisado, Potosí alcanzó su mayor rendimiento concomitante con la producción masiva de azogue en las minas de Santa Bárbara que sabemos inició sus operaciones en 1566. No obstante todo este lustre fue manchado porque para lograr esa producción utilizaron la nefasta Mita minera. La Distinguida Villa del Cerro de Pasco Cuando Potosí inicia su declive, otro cuerpo minero de suma importancia aparece en el horizonte del Perú colonial, pues el ocaso potosino marcó la hora del Cerro de Pasco, a cuyas tierras famosas comienzan a llegar los españoles cual moscas a la miel. La historia del Cerro la hemos transitado in extenso, mas ahora añadamos otras estampas propias de esta emblemática mina durante la inicial colonia española. Para este quehacer nada mejor que seguir al maestro César Pérez Arauco conocedor de las innúmeras breñas históricas del Cerro y publicadas en su blog Pueblo Mártir. Glosa el maestro cerreño, que al inicio de la colonia, al Cerro de Pasco se le conocía como “Cerro Mineral de Bombón” por la meseta donde se ubica y que solamente unos pocos pastores del alrededor de la laguna de Yauricocha conocían la existencia de plata en aquel lar, por lo que los españoles no tuvieron mayor interés en estas tierras y marcharon al sur donde pusieron todo su vigor en el desarrollo de la mina del Potosí. Este hecho signó que la explotación de mineral cerreño en ese lapso fue mínimo y que los pioneros españoles de 1620 estableciesen solo algunos cortijos para ganado, pero eso sí nombraron al Cerro como Villa de San Esteban de la Yauricocha. Mas, cerca de 1640 descuben ingente cantidad de mineral argentífero y, acaso con ánimo presagioso, cambian su nombre a “Nuevo Potosí”. Sin embargo, la exuberancia de la plata era tal que los llevó a ponerle un nombre acorde con una nueva categoría regia confiriéndole el título de “Ciudad Real de Minas”, y que, para no quedar corto, el virrey Amat y Junyent la condecora como “Distinguida Villa del Cerro de Pasco”. El descubrimiento del principal depósito mineral de plata se hizo, cuentan las crónicas, en 1640 durante el gobierno de Jerónimo de Cabrera, el conocido y afamado conde de Chinchón, quien fue el portador de la buena nueva para las Españas: se había descubierto el yacimiento de Yaricocha (sic) también llamado en esos escritos “Yacimiento mineral de Pasco” en alusión al cerro donde se asienta. En este punto calzaría la leyenda del descubrimiento de la mina por el nativo Huaricapcha, pero que por lo conocida y ya apuntada no la repito. Formalmente, en la historia general de minas del virreinato colonial peruano, el primer denuncio minero en las tierras del Cerro se data el 9 de octubre de 1567, un poco tardío para la angurria española, quizá espoleados por el ocaso del Potosí y lo hicieron con el nombre de San Esteban de Yauricocha. Este hecho fue suficiente para que masivamente llegasen al Cerro buscadores de minas, comerciantes, andarines y aventureros de toda laya, esto porque en España corrían rumores que, de una laguna maravillosa en los cerros de la Cuidad de los Reyes, 2. Antigua laguna de Yauricocha a cuya vera se levantaría la mina de Cerro de Pasco.
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