REVISTA MINERÍA 565 | EDICIÓN OCTUBRE 2024

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / OCTUBRE 2024 / EDICIÓN 565 80 Histórico Las minas del inca I El resplandor de la minería de oro en el Imperio Inca Du El Perú es un país minero por antonomasia y la minería es su actividad industrial básica desde la colonia. No obstante, durante el Imperio Inca se desarrolló el arte minero con la limitante propia de su circunstancia, amén que solo precisaban un desarrollo mínimo porque el oro, metal cardinal para sus rituales, nunca asumió valor pecuniario y por ventura lo hallaron sin más, puro y virgen en el suelo entremezclado con el ichu de las grandes alturas y a plena luz. En cambio, la metalurgia sí floreció tempranamente y tuvo un importante desarrollo desde época preinca. Con estas premisas, justo es preguntarse ¿desde cuándo asoma el arte minero en los Andes? Si con desidia respondiésemos tal pregunta, diríamos “desde siempre”. Pero esta respuesta no adelanta nada. Así que para establecer formalmente ese desde cuándo, permítanme primero indagar muy brevemente los pareceres sobre la aparición humana en estos lares. Aunque posiblemente a primera vista resulte extraño a esta saga de ocurrencias mineras en el Ande peruano, permítanme revisar concisamente lo que los paleoantropólogos sostienen sobre la específiPor: Augusto V. Ramírez, miembro del American College of Environmental and Occupational Medicine. en los Andes centrales del Perú Apuntes para la historia de la minería ca llegada del hombre a las cumbres sur andinas. Los antepasados de nuestro ancestro andino han vivido a más de 4,000 msnm no menos de 30,000 años, teniendo como hábitat las cumbres del Ande central donde se han aclimatado exitosamente. Al llegar a estos lares acaso solo encontraron como compañeros de viaje a camélidos sudamericanos y al ichu como único socio vegetal. Las poblaciones nativas andinas han sido estudiadas científicamente desde el siglo XIX. Al principio por antropólogos y biólogos y complementariamente por fisiólogos. Vellard, citado por Spielvogel sostiene que América del sur se pobló en sucesivas migraciones llegadas del norte en dos oleadas. Los primeros venidos se habrían asentado circunvecinos al lago Titicaca por lo que les llama Paleoamerindios Láguidos y son conocidos también como Pukinocollas, cuyos actuales descendientes son los Uros. Más tarde habrían llegado los Neoamerindios, a quienes Vellard divide en dos subgrupos, los Altiplánidos y los Ándidos. Los Altiplánidos, conocidos como Kollas, formaron el Tiawanaku y sus descendientes se asientan en la actual Bolivia y hablan el aimara. El otro subgrupo, los Ándidos se establecieron más al noroeste, forjaron el Imperio Inca e introdujeron el quechua como lengua. Debido a estos complejos orígenes migratorios ambas poblaciones andinas permanecieron cuasi aisladas en la altiplanicie del sur de América hasta bien entrado el milenio anterior cuando los Ándidos se consolidaron como el pueblo inca e iniciaron su expansión avasallando primero a tribus circunvecinas y luego a todos los pueblos de la región andina y costera de Sudamérica, e inclusive a una parte de nuestra selva amazónica.

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