MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / NOVIEMBRE 2024 / EDICIÓN 566 76 de arena gruesa o sábulo, con porcentajes menores de arenilla. Esta matriz constituye un 10% de la sedimentación, siendo otro 10% de grava o granzón y un 80% de cantos rodados de origen granítico, granodiorítico y andesítico. Los cantos rodados se pueden dividir en guijarros (30%) y guijas (50%). Se trata de un material aluvial inconsolidado, de fraccionometría heterogénea. Estudios previos relacionan esta capa con el Conglomerado de Lima (Narváez y Manrique 2014; Valdez y Jacay 2010), formación aluvial de gran escala que configura el abanico aluvial del valle del Rímac. En el tope de esta capa, no se observan huellas de edafogénesis, sino una alteración en la imbricación natural de deposición de cantos rodados, lo que sugiere una preparación del terreno para posteriores construcciones. La ocupación cultural se caracteriza por la construcción de pisos hechos con sedimentos limosos de alta homogeneidad —atributo que debió lograrse por cernido o por recolección de sedimentos decantados, sugiriendo la posibilidad de reservorios o pozas en las cercanías. El final de la ocupación se relaciona con procesos aluviales. La Capa I se compone de materiales arquitectónicos colapsados y disueltos, sometidos luego a procesos erosivos que terminaron en la formación de cauces en “v”. Además, en las Capas H y F, se distinguen estructuras de barras de cauce, cuya imbricación revela escorrentías. Luego, tenemos la ocupación terminal del sitio, con la habilitación de una superficie y la reutilización de muros preexistentes. Evidencia palinológica Se recolectaron del perfil muestras de sedimentos para análisis palinológicos (Figura 3). De los doce taxones registrados en la Capa P, solo uno corresponde con una especie doméstica (Ipomea sp.) y representa el 1.6% del total. En contraste, en las muestras relacionadas con la ocupación, los taxa cultivados (Ipomea sp., Pouteria lucuma y Zea mays) constituyen el 51.9%. La preponderancia de cultígenos es mayor aún en las muestras de los pisos (76.9%). Encontramos también que en la Capa P predominan pastos de ambiente semi-húmedo (Amarylidaceae, Begonia, Cheno-am, Cestrum sp., Asteraceae de espina larga o, Fabaceae cf. Medicago), lo que abre la posibilidad de un geosistema herbáceo semi-árido previo a la ocupación humana. Varios de estos taxa desaparecen o reducen su incidencia en los niveles ocupacionales, mientras que otras plantas (Ambrosia sp. y Asteraceae de espina corta), asociadas con cultivos, incrementan su presencia. Estas variaciones abren preguntas sobre el impacto ecológico que pudo tener el asentamiento de Maranga. Perspectivas Los resultados aquí presentados permiten afinar líneas de investigación para futuras contribuciones al entendimiento de la historia del Complejo Maranga - Lima y su relevancia en el marco de la historia de la costa central. Resaltamos la importancia de incrementar la precisión en la medición de los tiempos y ritmos de cambio, para evaluar la naturaleza de los procesos económicos, sociales y políticos subyacentes, algo que requiere de una estrategia de fechados absolutos con la mayor cantidad de muestras provenientes de contextos claros. Resaltamos también la importancia de abordar la historia ocupacional en el marco de las dinámicas geológicas y ambientales. En Maranga, estamos ante eventos geológicos y contextos ambientales aún por caracterizar. La información palinológica obtenida revela la necesidad de evaluar el impacto ecológico que pudo tener la construcción de un asentamiento de la escala de Maranga. Debe notarse, sin embargo, que los escenarios sugeridos requieren de ser contrastados con otras muestras de igual o mejor calidad, que permitan corroborar la representatividad de nuestra muestra y precisar qué taxa representan efectivamente la vegetación del entorno y qué taxa deben su presencia a desplazamientos de larga distancia. Esperamos que futuras interven-
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