MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / NOVIEMBRE 2024 / EDICIÓN 566 83 lindantes con las tierras de “indios” a quienes los incas consideran “chunchos” allá cerca de la región amazónica. Al parecer por esa lejanía, y por su escaso interés en lo que hoy se llamaría geografía económica, es que el imperio no se interesó en llegar a esas entonces ignotas tierras. No obstante, Vázquez de Espinosa observó que “Los Omasuyu llegaron, en el siglo XVI, hasta más allá de Sangavan, Itaja y Mocomoco llegando a los bajos de Pelechuco”. Por esta afirmación deducimos que desde aquel tiempo los territorios de los umasuyus –etnias pukinohablantes– comienzan a extenderse hacia los valles precordilleranos del Amazonas, estableciendo corrientes de colaboración cultural en el desarrollo de la región altiplánica de la época Tiwanaku. Solo cuando el Imperio Inca estuvo políticamente bien cuajado es que despierta al interés geopolítico y comienza a conquistar esos territorios, pues además de metas religiosas busca ampliar sus dominios hacia las ricas comarcas altiplánicas quizá con un tinte de codicia por el territorio aurífero del Umasuyu, que antes no les había despertado interés. Este habría sido el inédito ánimo del que los incas se valieron para irrumpir y conquistar los territorios mineros del Collasuyo situados en Carabaya-Larecaja y Chuquiabo. Esta acción determinó que en el incario las minas de oro más importantes y ricas se ubicaran precisamente en la estratégica región de Carabaya-Larecaja-Chuquiabo, zona bisagra para la interacción que los pukinahablantes de esa área mantenían con los pobladores de la altiplanicie y más hacia abajo, en el Antisuyo, con los pobladores de los llanos del Beni-Mamoré, al punto que esta relación geográfica les abría una puerta hacia las míticas riquezas del legendario Paititi. El trabajo minero en las minas del inca La mineración inca se dio en pequeña escala por los asuntos glosados y a la sazón no necesitaron contar con otros avíos que los necesarios para extraer la cantidad de oro que sus rituales exigían. Sancho de la Hoz detalla los principales utensilios mineros destinados a sacar oro y plata: cuernos de carnero o venado para escarbar o picar; trozos de piedra amarrados a una empuñadura a manera de martillo; de la llama 3. Aparejos minero incas: raspadora, mazo y cesta de mimbre para juntar el mineral.
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