REVISTA MINERÍA 571 | EDICIÓN ABRIL 2025

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero EDICIÓN 571 / ABRIL 2025 78 lo enviase al llatun Apo de Castilla que era en aquel tiempo inventísimo (sic) César Carlos, quinto deste nombre y primero rey de España, lo cual se envió al presidente Gasca y lo vido el licenciado Polo inviar, según me lo dijo el mesmo Antonio Quijada, este día sobre dicho ser así verdad, estando en la Villa Imperial de Potosí”. Gualpa habría terminado su confesión testimonial aseverando que hizo esta revelación por estar “en lo último de su vida y muy enfermo”. Firmaron el testamento don Rodrigo de la Fuente y el escribano real Jerónimo Hernández. Así concluye el relato del descubrimiento del Cerro Rico de Potosí por Diego Gualpa, quien según parece tuvo mucha mejor suerte que nuestro Huaricapcha, el descubridor de las minas de plata del Cerro de Pasco, de quien luego de descubrir tan fabulosa mina nunca más se tuvo memoria. Cosas de la vida colonial. No obstante estas crónicas escritas, hay historiadores modernos que sostienen lo que siempre hemos intuido, que estas leyendas buscaban esconder otras realidades. Juan José Toro Montoya en publicación reciente en el Blog El Deber, el 1 de abril de 2018 expresa que, cuando los españoles llegan a esas minas ya estaban en explotación: “Los arqueólogos y geólogos han propuesto que Potosí estuvo poblado, y en alguna medida explotado, desde antes de la llegada de los españoles, aunque sigue siendo difícil precisar tanto la población como la producción prehispánicas”. Toro asevera que existirían pruebas que la zona del cerro de Potosí ya era habitada antes de la llegada española, cita los restos arqueológicos –alfarería y puntas de flechas– hallados en Cantumarca. Jesús Valle y cita a Abbott y Wolfe, quienes afirman que: “El Cerro Rico fue objeto de una intensa explotación en la época del Horizonte Medio, y decrece su producción entre 1100 y 1400 a.C. cuando surgen prácticas políticas menores: los señoríos y federaciones, la mayoría de ellos de hegemonía aymara (1100-1400)”. Concluye su tesis mencionando que, si el Potosí precolonial estuvo habitado y ya se beneficiaba plata, no se podría hablar sensu estricto de “descubrimiento” en la época colonial. Al parecer más verosímil es que la tal riqueza argentífera haya estado escondida por uno u otro motivo y que lo que pasó es que habría sido dada a conocer a los españoles recién en 1545. Los investigadores Tristán Platt, Pablo Quisbert y Pascale Absi alegan: “Así, no solamente el Potosí prehispánico [ya] estaba densamente poblado sino que los incas se encontraban allí cuando llegaron los españoles y muy probablemente explotaron el Cerro Rico”. Como una extensión de esta crónica y basados en las versiones de Cieza de León y otros manuscritos como el de Nicolás del Benino en 1573, hemos de asentir que Francisco Pizarro habría conocido la existencia de esa riqueza antes que nadie. Juan Francisco Bedregal sostiene que el 3. Las venas del Cerro Rico de Potosí por las que se marchó la plata.

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