REVISTA MINERÍA 571 | EDICIÓN ABRIL 2025

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero ABRIL 2025 / EDICIÓN 571 79 inca Ataw Wallpa, conocido en lares del sur como Atahuallpa o Atabaliba, antes de morir ejecutado en Cajamarca y como pago de parte de la recompensa para obtener su frustrada libertad habría revelado a Pizarro la ubicación de algunos de sus yacimientos de oro y plata como los de Chuqui Apu y el de Potosí. Pizarro luego en sus incursiones de descubrimiento y conquista, llega a Chuqui Apu e incluso hasta las tierras del Cerro Rico, aquí por la abundancia mineral hallado ordena la fundación de una ciudad en Choqe Chaka (Chuquisaca) y precisamente por esa riqueza argentífera se llamaría después La Plata. Platt, Bouysse-Cassagne y Harris apoyan este acervo al sostener que: “A la entrada de los Pizarro en la región, la mina de Potosí fue escondida por los indios con motivo de su riqueza y de la importancia de su wak’a. Si se piensa que, entre el Horizonte Medio y el final del Tawantinsuyu, Potosí produjo varios miles de toneladas métricas de plata, no cabe duda de que todos los indios de la comarca conocían su importancia y que al esconder la mina procuraban, o mantener viva la esperanza de poder un día reconstruir el Tawantinsuyu –en caso de que Manqu, e incluso el mismo Pawllu, reasumiera la borla de todo el imperio– o más sencillamente pagar parte de los excesivos tributos impuestos por los españoles sin declararles de dónde venía su riqueza”. Es más, Bedregal, Platt y Quisbert sugieren que los indios de entonces no solo conocían los yacimientos de plata del Cerro Rico mucho antes del descubrimiento legendario de Diego Huallpa, quien habría llegado a estas tierras con un propósito muy distinto al de servir de yanacona a los españoles. Concordando estos datos la historia avala que, más allá de la declaración póstuma de Diego Huallpa, indígena natural de Chumbivilcas, Cuzco, se sigue que Huallpa habría llegado hasta el territorio del hoy Potosí junto a otros cuzqueños con el encargo de evitar que los españoles se enterasen de las riquezas del Cerro Rico. Este ocultamiento consciente de las minas posiblemente respondía al deseo de Manqu Inca, y quizás de los mismos mallkos –así se conocía a los naturales de Charcas– de algún día poder reconstruir el Tawantinsuyu. Al final, ni Manqu ni su hermano Pawllu, fueron capaces de negociar la entrega o el trueque de los yacimientos de plata del Cerro Rico y menos lo utilizaron para reestablecer el Imperio Inca. Manqu Inca fue asesinado en 1544 y los súbditos que había enviado hasta territorio de los Qaraqara, donde estaba el Cerro Rico, se sintieron libres de su obligación. Es probable que Huallpa, ya sin encargos de por medio haya decidido comenzar a explotar personalmente la plata del Cerro Rico para después permitir que la conozcan los españoles, es decir “descubrió la mina”. Existen otras leyendas sobre esta mina tal la fábula guaraní de una montaña rellena de plata –el Cerro Saigpurum– o la leyenda de la “Sierra de Plata y el Rey Blanco” –recopilada por Luis Ramírez tripulante de Se4. Boca mina actúa del Cerro Rico de Potosí.

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