26 Edición Semanal los profesionales deberán estar capacitados para interactuar con maquinaria autónoma, entornos virtuales y soluciones basadas en inteligencia artificial. Sin embargo, los conocimientos técnicos no son suficientes. El nuevo perfil también debe incorporar habilidades blandas como liderazgo, pensamiento crítico, innovación, trabajo en equipo y una alta capacidad de adaptación. La minería es una actividad de riesgo, por eso se valoran la responsabilidad, la resiliencia y la comunicación efectiva. No se trata solo de saber, sino de saber actuar en equipo. En este escenario de cambio acelerado, la formación técnica adquiere un rol clave. Instituciones como Tecsup ya cuentan con laboratorios modernos y software originales que simulan condiciones reales de trabajo, permitiendo que los estudiantes desarrollen competencias digitales y operativas desde el primer día. Esto representa una gran ventaja frente a otros modelos formativos: el técnico bien preparado será el motor de una minería más eficiente, segura y competitiva, pero también es necesario que las leyes permitan darles mayores responsabilidades para que puedan contribuir plenamente al desarrollo del sector. El futuro de la minería en el Perú ya no se construye con picos y palas, sino con conocimiento, tecnología y talento técnico de alto nivel. Una nueva era ha comenzado, y quienes estén preparados marcarán la diferencia.
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