MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero EDICIÓN 573 / JUNIO 2025 70 El segundo tipo de esfuerzo se conoce como esfuerzo tectónico (Figura 2 A2), que es originado por las fuerzas involucradas con la actividad tectónica (nuevo tectonismo) o por eventos tectónicos pasados (esfuerzo remanente). El tercer nivel en la Figura 2 genera una subdivisión a los esfuerzos tectónicos activos (nuevo tectonismo Figura 2 A2) considerando a los esfuerzos tectónicos globales originados por el desplazamiento relativo de las placas tectónicas (Figura 2 A2a) y a los esfuerzos tectónicos locales originados por los plegamientos o la isostasia (Figura 2 A2b). Esta subdivisión de los esfuerzos tectónicos fue propuesta por Zoback et al., 1989; cuando analizaba el patrón de esfuerzos en la base a datos del Mapa Mundial de Esfuerzos. Luego de la investigación de Zoback, 1992, los términos esfuerzo tectónico global y local fueron remplazados por esfuerzos de primer orden (escala de placa tectónica) y esfuerzos de segundo orden (escala de montaña). Finalmente, la tercera subdivisión contempla el término esfuerzo a escala de falla (Figura 2 A2c) y está relacionado a un esfuerzo estructural (Figura 2 C). Los esfuerzos tectónicos remanentes originados por eventos paleo-tectónicos están representados en el diagrama por la Figura 6 A3, se considera un tipo de esfuerzo residual a gran escala con un nivel jerárquico más alto en comparación con otros componentes de esfuerzo tectónico. El campo de esfuerzos en la corteza terrestre está conformado principalmente por esfuerzos tectónicos (Figura 2 A2), como la suma de esfuerzos tectónicos de diferente orden (Figura 2 A2a, A2b, A2c), más un posible componente remanente. Los esfuerzos residuales en un macizo rocoso son definidos como un sistema de esfuerzos que existen en condiciones próximas al equilibrio en el interior de la maza rocosa cuando ni esfuerzos normales ni esfuerzos cortantes son transmitidos hacia su superficie (Voight, 1996). También se puede entender a los esfuerzos residuales como esfuerzos que permanecen en un cuerpo incluso luego de que el mecanismo que los originó ha sido removido (Zang & Stephansson, 2010). Los esfuerzos terrestres (Figura 2 A4) consideran las perturbaciones en el campo de esfuerzos originadas por las variaciones de temperatura que ocurren diariamente o estacionalmente, la perturbación gravitacional lunar y el efecto Coriolis. Estos factores tienen una influencia que se manifiesta a poca profundidad de la superficie del planeta (Berest et al., 1992; Scheidegger, 1962; Swolfs & Walsh, 1990). De los cuatro grupos del segundo nivel (Figura 2 A1-A4) solo el componente gravitacional y los esfuerzos tectónicos pueden lograr una manifestación a gran escala, significante regionalmente, en razón que su evolución está relacionada con el origen, movimiento y subducción de las placas tectónicas. Es decir, la determinación del estado de esfuerzos in situ es equivalente a establecer los esfuerzos tectónicos más el aporte del esfuerzo gravitación. Los otros componentes de esfuerzos cumplen un rol marginal además que poseen una desviación estándar grande en orientación y magnitud. Los modelos de esfuerzos en la corteza terrestre están basados en los componentes de esfuerzos gravitacionales y tectónicos (Arjang & Herget, 1997; Reiter et al., 2014; Yong & Maloney, 2015, y Zang & Stephansson, 2010). Esfuerzo gravitacional El esfuerzo generado en la masa rocosa por el campo gravitacional terrestre se denomina esfuerzo vertical (Sv) y está generado por la columna de roca desde el punto en análisis hasta superficie. Windsor, 2003, actualizó una recopilación de mediciones del estado de esfuerzos Figura 10. Patrón de esfuerzos suavizado Australia (Rajabi et al., 2017). Figura 11. Regresiones para el Kmax y Kmin (Arjang & Herget, 1997).
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