MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero EDICIÓN 573 / JUNIO 2025 72 in situ en diversos proyectos de ingeniería minera, civil y petrolera inicialmente elaborada por Brown & Hoek, 1978. Los resultados se presentan para el esfuerzo vertical con alrededor de 900 datos, que se muestran en la Figura 3, se incluyen los resultados hasta profundidades de 3 km, que es el rango de interés en la mayoría de los proyectos mineros (B. H. G. Brady & Brown, 2004). La Figura 3 muestra que en un contexto global se puede considerar una densidad promedio de 2.7 tn/m3 para la masa rocosa, es decir, que a profundidades de 1,000 m el esfuerzo vertical esperado sería de 27 Mpa. Además, se observa que los resultados tienen una dispersión considerable respecto a la línea de regresión. Varias investigaciones han evidenciado valores para el esfuerzo vertical que difieren de esta fórmula y que podrían estar afectados por una topografía irregular, esfuerzos inducidos, procesos geológicos, erosión, etc. (Galarce, 2014). Esfuerzo tectónico La tierra no es un cuerpo inerte debido a los movimientos en la corteza que ocurren continuamente durante la acumulación de esfuerzos generada por la tectónica de placas y al movimiento de discontinuidades mayores durante el alivio parcial de los esfuerzos en las rupturas sísmicas. Como se ha comentado existen dominios de esfuerzo a diferentes escalas. Patrones de escala global de los esfuerzos tectónicos como los analizados por Zoback et al., 1989, involucran dos tipos de fuerzas. En primer lugar, a las fuerzas tectónicas de gran escala que actúan en el perímetro de las placas de la litosfera se les conoce como esfuerzos tectónicos de primer orden. Un ejemplo, del campo de esfuerzos entre placas para Sudamérica se muestra en la Figura 4. Las líneas representan la orientación media (azimut) del esfuerzo horizontal máximo y como se observa es constante en la zona oeste de Sudamérica, evidenciando un dominio tectónico de primer orden de gran escala. En segundo lugar, tenemos a los esfuerzos tectónicos de segundo orden que pueden variar drásticamente sobre distancias cortas. Una regla general es considerar que esta distancia es aproximadamente tres veces el diámetro de la heterogeneidad. Por ejemplo, la variación de las trayectorias de esfuerzos en la vecindad de un volcán (Pico español, Colorado) se muestra en la Figura 5 (Zang & Stephansson, 2010). La influencia de un campo de esfuerzos isotrópico y biaxial en el alineamiento de los diques volcánicos se muestra en las Figura 5a y 5b, respectivamente. En el primer caso (esfuerzo isotrópico) se espera un patrón radial en inmediaciones del volcán y, en el segundo caso, se espera que los diques y fisuras tengan una desviación hacia la dirección del esfuerzo horizontal máximo. La Figura 5c muestra el mapeo de los diques en la vecindad del Pico Español, resulta evidente que en el tiempo que los diques se formaron un campo de esfuerzos biaxiales existía en el volcán. Empleando el diámetro del volcán (10 km) como la escala de la heterogeneidad, la perturbación del campo de esfuerzos cubre distancias de hasta 30 km, aproximadamente. Proyecto Mapa Mundial de Esfuerzos El proyecto Mapa Mundial de Esfuerzos (WSM, por su sigla en inglés) tiene por objetivo compilar datos contemporáneos de los esfuerzos tectónicos en la corteza terrestre. La primera base de datos que se construyó fue consecuencia de un grupo de investigación como parte del Programa Internacional de Litosfera (M. D. Zoback, 1989). Luego, entre los años 1995-2008, el proyecto WSM fue una investigación de la Academia de Ciencias y Humanidades Heilderberg, Alemania (Heidbach et al., 2010). Desde 2009, el lugar oficial del proyecto WSM es el Centro de Investigación Alemán de Geociencias (GFZ) en Potsdam (Heidbach et al., 2010). La primera versión de la base de datos contenía 3,574 valores (M. L. Zoback, 1992). En esta primera fase los esfuerzos estuvieron orientados en hipótesis para inFigura 12. Base de datos compilada de tensores de esfuerzo, Canadá (Reiter et al., 2014). Figura 13. Mapa de esfuerzos suavizado y longitud de onda, Canadá (Reiter et al., 2014).
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