REVISTA MINERÍA 573 | EDICIÓN JUNIO 2025

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero EDICIÓN 573 / JUNIO 2025 95 informando a Francisco Pizarro de tal situación. Este hecho impulsó la planificación de nuevas ciudades y con justicia fue considerada la mayor riqueza descubierta en Sudamérica hasta ese momento. Como era costumbre de los conquistadores las minas se distribuyeron entre el Rey, Carlos V, y los hermanos Pizarro, quienes junto a Pedro de Soria y su grupo se encargarían de la supervisión de su explotación. Tanta era la dispersión de la riqueza minera en la zona que Gonzalo Pizarro se avino a administrar su encomienda desde Potosí, supervisando desde allí la extracción de plata en Porco. Este descubrimiento no solo aumentó la riqueza de la colonia, sino que también preparó el camino para la explotación del Cerro Rico de Potosí, que al final como ya registramos definió la economía colonial por mucho, muchísimo tiempo. La mina de Chuquicamata Alejémonos un tanto de nuestras minas epónimas coloniales y vayamos a una mina mucho más reciente pero, cuyos orígenes aunque quiméricos como las nuestras, son yermos acorde estos tiempos modernos. Según rumores que a los cronistas de la inicial colonia llegaron cuando recorrían en conquista el sur del imperio, existía un mineral suigéneris que por no tener otro nombre con que bautizarlo le decían “Charque de cobre”, mezclando un poco su español con la lengua nativa y aludiendo a los inhóspitos parajes del sur donde se obtenía casi a flor de tierra. Los habitantes de los Andes sureños tenían por dios al rey de todos los cóndores: un ser mitológico concebido como un Cóndor de oro, ave gigantesca a la que veneraban y con este pie, disfrutemos la leyenda: Al inicio de los tiempos y lógicamente antes de los incas, las tierras del sur eran recorridas por tribus nómadas de la estirpe de los Chucos que errabundos buscaban donde asentarse en tamaño desierto. Una de esas banderías era la de los Kunza, un clan aguerrido que en el afán de dominio y control de los otros grupos, y dirigido por el caudillo Kurze inició un peregrinaje por las estribaciones andinas para cazar al tal Cóndor de oro al que por ser “dorado” consideraban el dios de todos los metales. Lo más fabuloso es que la tribu lo encontró y para su contento, luego de duras acometidas Kurze logra vencerlo y llevarlo a su tierra asegurando así su poder tribal. La leyenda continúa: el derrotado dios en su afán de recuperar su perdida libertad ofreció a Kurze escoger entre tres minas: dos de oro de muy fácil acopio y una de cobre de difícil recogida. Cuentan las hablillas que fue patente el pasmo de Kurze, quien lo habría pensado mucho antes de resolver que, si escogía la de oro sería demasiado fácil y no demostraría su coraje, por lo que prefirió la de cobre que por lo demás le permitiría dar trabajo a su pueblo. Así es como, el mito dixit, en aquellos cobijos Kurze habría iniciado la explotación en las estribaciones andinas del entonces poco estimado cobre, sin embargo un metal muy apetecido hoy. Para complementar este segmento, dejemos a un lado la leyenda y describamos con brevedad cómo y dónde ciertamente la mina de Chuquicamata fue descubierta. Antes de 1879, año de la ocupación por Chile a territorios de Bolivia, Chuquicamata 1. Ilustración alusiva al paso andino para llegar a Porco. 2. Llegan los primeros hombres al Ande.

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