46 Edición Semanal la sede del Instituto de Matemáticas y Ciencias Afines en la Molina. Local donde se cultiva el talento de los mejores matemáticos del país. Alberto Benavides de la Quintana, siempre fue un hombre sencillo y humilde, admirado por muchos, sin ser propenso a la figuración. Sus emprendimientos nunca fueron motivados por el lucro, lo animaba el trabajar para mejorar la condición de vida de los peruanos y lograr el desarrollo de nuestro pais, sin embargo, ha sido uno de los empresarios más exitosos del Perú. Luchador como pocos, marcado por la formación jesuita de su niñez y juventud, que plasmó claramente en su discurso en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, cuando se le otorgó el título de Doctor Honoris Causa, citando la frase que siempre escuchaba atribuida a San Ignacio de Loyola: “Actúa como si todo dependiera de ti y confía en Dios como si todo dependiera de él”. Mi padre siempre pensó que todo dependía de su trabajo y de su esfuerzo, mi madre por ello siempre nos repetía: “lo importante es el esfuerzo en la vida hijito”. Vaya que aprendimos esa lección todos los hermanos Benavides, si de algo no nos pueden acusar, es de ser pasivos y poco dedicados. Un día le escuche a mi padre decir que el no creía en los seguros, pues confiaba en su esfuerzo y dedicación para salir adelante en cualquier situación. Cuando fracasó, lo asumió y lo enfrentó para seguir adelante con el entusiasmo de siempre. En la FIGMM - UNI.
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