REVISTA MINERÍA 577 | EDICIÓN OCTUBRE 2025

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero EDICIÓN 577 / OCTUBRE 2025 19 Se ha jerarquizado las estructuras de tal forma que se puedan realizar modelamientos. La jerarquía va de mayor a menor escala: provincia estructural, sistema de fallas y fallas. Dentro de los atributos que más destacan en la base de datos de fallas, 13 son las provincias estructurales (Figura 1), que contienen a varios sistemas de fallas regionales y, estas a su vez, abarca un número no determinado de fallas regionales y/o locales. En cada una de las fallas los atributos más importantes son el tipo de movimiento y su inclinación. De otro lado, en la base datos de litología se incluyeron el tipo de roca. Para el caso de rocas sedimentarias, se ha considerado el medio y la paleocuenca sedimentaria a la que pertenece, así como el espesor de la unidad en el caso que exista una columna estratigráfica levantada. Con los datos obtenidos se han determinado los límites y zonas centrales de los depocentros sedimentarios del mesozoico. Luego se ha realizado la correlación con los sistemas de fallas con la finalidad de determinar si puede corresponder a un control paleogeográfico mesozoico o más antiguo, lo cual se determinará mediante el cambio de facies de un lado a otro del sistema. Los controles estructurales identificados presentan diferentes direcciones, siendo los más numerosos los de dirección NO-SE, seguidos de la dirección NE-SO y en menor proporción los de dirección N-S. Son estos últimos los que despiertan el interés en la publicación del presente artículo. Una vez identificados los controles estructurales N-S se han correlacionado con información de estudios regionales existentes, especialmente los aplicados a análisis de cuenca y tectónica, dando mayor importancia a aquellos que no tienen aplicación a la exploración minera, para evitar el sesgo en la investigación. Para la mejor comprensión y sustento se han realizado secciones estructurales y/o correlaciones estratigráficas en la dirección E-O (transversales a los controles estructurales N-S), lo que nos ha permitido determinar los estilos estructurales en ambos lados de los corredores. Presentación y discusión de resultados Luego del análisis de toda la información geológica y de la integración de la carta geológica nacional a escala 50k se ha determinado ocho corredores estructurales de dirección N-S, los cuales presentan diferentes tipos de evidencias que sustentan su presencia. Corredor N-S Malpaso-Ichuña Tiene ~230 km de largo por unos ~20 km de ancho presenta una dirección aproximada de N 345° a N 355° (Figura 2a). Se inicia en el sector oriental de la región Tacna y llega hasta el límite entre las regiones Puno y Moquegua, atravesando las pampas costeras y la cordillera Occidental. La proyección al sur sigue a Chile, donde podría unirse a los sistemas de fallas de Domeyko. En tanto, su proyección al norte se trunca al llegar al sistema de fallas Condoroma - Caylloma y/o Cusco Lagunillas Mañazo. Los rasgos estructurales en superficie se han determinado principalmente en el sector sur, en las carreteras Tacna – Palca y Tacna – Tarata. En la primera, en la localidad de Calientes se encuentran anticlinales que solamente afectan rocas mesozoicas del Grupo Yura y están cubiertos por los sedimentos del Grupo Moquegua del Eoceno-Mioceno (Figura 2b). De otro lado, en el sector de Ataspaca, los estratos del Grupo Yura muestran un rumbo de dirección N-S que forma el flanco oriental de un anticlinal afectado por los movimientos transcurrentes del Mioceno de la falla Copapuquio (Figura 2c). En estudios anteriores (ej. Rodríguez y Becerra, 2021), las fallas y pliegues de dirección N-S fueron consideradas dentro del sistema de fallas Incapuquio. Sin embargo, dada la persistencia de otras estructuras de dirección N-S cubiertas

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