34 Edición Semanal Opinión Introducción La normatividad se impone cuando es necesario consolidar comportamientos colectivos uniformes, como por ejemplo, la seguridad y la productividad. La actividad minera requiere de normatividad especial porque la severidad y la frecuencia (indicadores de seguridad) deben ser óptimos y porque los productos comercializables son establecidos externamente por el mercado. Por tratarse el recurso minero de un bien común, el orden de las prioridades a seguir debería ser: sociales primero, seguidas del aspecto técnico, luego los factores económicos, para finalmente legitimarlas mediante adecuados reglamentos. Así, toda institución minera tendrá como objetivo, lograr el mejor desempeño social –interno y externo–, técnico, económico, ambiental y legal. En última instancia, la máxima seguridad y eficiencia será alcanzada por el grupo de trabajo con la mejor combinación de estilo discrecional y no discrecional que sean capaces de construir la naturaleza institucional y el carácter de los líderes correspondientes. Por: Walter Casquino, consultor minero1. La normatividad minera en su laberinto 1 Asistido por Copilot de Google.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTM0Mzk2