MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero EDICIÓN 579 / DICIEMBRE 2025 83 ciones mayoritariamente agrícolas, lo que conllevó alteraciones en el modus vivendi rural y una creciente dependencia de las economías locales respecto a la actividad minera. La academia La minería impulsó de manera decisiva la formación de capital humano mediante el fortalecimiento de la academia. Universidades como la UNI, la UNSA, la UNDAC, la UNCP y la UNMSM consolidaron sus programas en ingeniería de minas, geología y metalurgia, formando generaciones de profesionales que hoy lideran el sector a nivel nacional e internacional. Este vínculo entre industria y academia no solo aseguró la disponibilidad de especialistas altamente capacitados, sino que también estimuló la creación de centros de investigación y laboratorios especializados, donde se desarrollaron innovaciones tecnológicas aplicadas directamente a la actividad minera y metalúrgica. Gracias a esta articulación, el Perú se posicionó como un referente regional en ciencia y tecnología minerometalúrgica, al tiempo que se promovió una cultura académica orientada a resolver problemas concretos del sector productivo. De este modo, la minería y la academia caminaron juntas, generando conocimiento, modernizando procesos y contribuyendo a la transformación social y económica del país. El cordero Junín: la contribución científica más relevante En medio de los Andes centrales, donde la minería parecía ser la única voz dominante, surgió un legado distinto, silencioso y profundo: el cordero Junín. Su historia comienza en los años cincuenta, cuando la Cerro de Pasco, obligada a administrar haciendas ganaderas tras la crisis de un accidente metalúrgico en La Oroya, decidió apostar por ese rubro. La posguerra europea había dejado a muchos técnicos sin horizonte, y varios de ellos llegaron a América. La empresa minera supo atraerlos, y entre ellos destacó William K. Snyder, un veterinario formado en la Universidad de Wyoming. En esos años los conocimientos genéticos aún eran rudimentarios, pero con disciplina y visión, Snyder y un grupo de profesionales peruanos –entre ellos Máximo Gamarra Rojas y Augusto Ramos– emprendieron la tarea de transformar la ganadería serrana. Lo que inicialmente se concebía como un esfuerzo secundario terminó como un logro de relevancia científica y productiva: la creación de una nueva raza ovina, destinada tanto a la producción de carne como de leche, pero adaptada a las condiciones de 6. En 1958, el gerente de la División Ganadera de la Cerro de Pasco, William Snyder, en Casaracra, muestra un ejemplar del singular cordero Junín.
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