REVISTA MINERÍA 532 | EDICIÓN ENERO

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / ENERO 2022 / EDICIÓN 532 45 análisis diferentes, representadas por la variación de la altura del talud (h). En el primer caso (h=h1) se observa el macizo rocoso a nivel de afloramiento con un espaciamiento y estructura definida, caracterizado con un índice “GSI-1” según el esquema mostrado, el cual se clasifica como fracturado en bloques (blocky) según Hoek et al. (1995) y Marinos y Hoek (2000). A pesar de que se está evaluando el mismo macizo rocoso, es evidente que al incrementar la escala de análisis el valor de “GSI-1” mapeado a nivel de afloramiento rocoso no es adecuado para representar su comportamiento en las otras escalas de análisis (escalas h=h2, h=h3 y h=h4 en la Figura 2). Por ejemplo, para la escala de análisis en el caso h=h4, el macizo rocoso se presenta muy fracturado, con clasificación “desintegrado”, por lo que no sería correcto caracterizarlo en los análisis con el valor de “GSI-1”, para este caso el GSI considerado debe ser lógicamente de menor magnitud que “GSI-1”. De acuerdo a lo mencionado anteriormente, el índice GSI debería ser modificado para tomar en consideración de alguna manera los efectos de escala de análisis, condicionados por la relación existente entre el espaciamiento promedio de las fracturas y la altura del talud analizado. En la última versión del ábaco GSI definida por Hoek et al. (2013), ya se menciona la siguiente con- sideración al respecto: “Este ábaco aplica para túneles de 10 m y taludes de alturas menores que 20 m. Para grandes cavernas y taludes considerar reducir el GSI para tener en cuenta el decremento de la interconexión de los bloques”. Sin embargo, no se indica algún criterio para reducir el GSI cuando se tienen taludes o túneles que superan dichas dimensiones. Debido a lo mencionado, el objetivo general de esta investigación es contribuir con el proceso de modelización numérica de estabilidad de taludes en macizos rocosos mediante la definición de un índice GSI dependiente de la escala de análisis, denominado GSIe, el cual se calcula con la siguiente expresión: Donde GSI0 es el valor del índice GSI obtenido a nivel de afloramiento, y k es un parámetro reductor que considera los efectos de escala del talud analizado. Metodología El índice GSIe será calculado teniendo en cuenta: la estructura geológica del macizo rocoso, representada por la distribución de las redes de fracturas (DFN), la condición de las discontinuidades y los efectos de escala de análisis (parámetro k). Los dos primeros parámetros son utilizados en la versión original del ábaco para obtener el GSI y en muchas de las versiones definidas posteriormente por diversos investigadores, tales como Hoek et al. (2013), Cai et al. (2004), Sommez Figura 1. Ábaco básico para el cálculo del índice GSI (Marinos y Hoek, 2000).

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