REVISTA MINERÍA 555 | EDICIÓN DICIEMBRE 2023

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / DICIEMBRE 2023 / EDICIÓN 555 72 deja reposar un par de meses en grandes patios y luego se lava y funde lo que permite obtener una plata más pura y recuperar gran parte del mercurio para reutilizarlo. En América los metalurgistas chapetones manejaban este proceso en varias fases: 1. Molido. Como lo indica su nombre en esta fase se fragmentaba el mineral usando molinos hidráulicos. 2. Incorporo. El mineral pulverizado era trasladado a un espacio abierto empedrado que llamaban “Patio”, aquí le añadían agua, salmuera y azogue y formaban una “torta”. Para acelerar el proceso de formación de la torta los mitayos coloniales trotaban sobre esa masa removiéndola con una especie de pala y a esto llamaron “Repaso”. El proceso de formar la torta demoraba generalmente dos o tres meses o hasta cuando un experto azoguero considerase que el mercurio había incorporado la mayor cantidad de plata, entonces se procedía al “Lavado”. 3. Lavado de la torta. Lo hacían en grandes recipientes dentro de los cuales removían la torta con palas giratorias para separar tierra e impurezas (lama) retirando así todos los elementos no metálicos de la amalgama. Al producto semilíquido llamaban “Pella” que no era sino una mezcla de azogue y plata. 4. Filtración. A esta pella la introducían en grandes sacos de cabuya y la exprimían para que el líquido conteniendo el mercurio saliera del recipiente. Lo que quedaba dentro del saco era una masa mineral llamada “Piña” por su forma. 5. Calentamiento. Luego esta piña era sometida a fuego, pero dentro de un artilugio metálico acampanado llamado precisamente “Capellina”, el objetivo era que el mercurio de la pella se vaporizase, así el valioso mercurio sería después recuperado por enfriamiento. 6. Fundición. A la piña remanente la sometían a fuego para refundirla y el metal refundido se vaciaba en gavetas de madera resistente para formar lingotes, con lo cual el proceso terminaba. Para una mejor descripción de este método virreinal pasemos el teclado al virrey Juan de Mendoza y Luna, III Marqués de Montesclaros y disfrutemos de una visión testimonial del hecho. El marqués describe así la metalurgia de la plata con azogue en el Potosí de comienzos del siglo XVII: “Tienen estas minas sus escalas o caminos desde la superficie a la profundidad, i por allí suben los indios las piedras en hombros, del metal que otros compañeros han despegado a punta de barreta, en cotamas, que son costales de pellejos a modo de zurrones; i en llegando arriba, ponen la carga que sacan de una vez en montones diferentes: a cada uno de éstos llaman mita, i al lugar donde los van asentando, cancha. De estas canchas se lleva el metal a los injenios, cargado en carneros de la tierra. Injenios son 4. Fundidores de metal con Huayrachira, un horno precolombino.

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