PRUEBA PARA SABE

Ernesto Baertl 128 129 Prueba para sabe lentoporque, al calentarse, toda esa construccióncomenzaba adilatarse, a crecer, y tenías que vigilar que esa dilatación se fuera produciendo milímetro a milímetro en todas las diferentes secciones. Había que subir la temperatura muy lentamente en un horno con quemadores de petróleo que, cuando alcanzaba su máxima temperatura, se ponía al rojo vivo. Recién entonces se ingresaban los materiales para iniciar el proceso de fabricación. Todo este proyecto fue alucinante para mí. Yo tenía 24 o 25 años y me sentía totalmente comprometido y responsable de esta enorme construcción. Felizmente tuvimos éxito y el horno funcionó sinningún percance. Uno de los problemas, ya en la operación rutinaria, era que el material refractario se iba desgastando, por eso cada cierto tiempohabía que parar el horno, enfriarlo y cambiar el material desgastado. En esos cambios, alguna vez, se produjo una fuga de material debido a algún ladrillo refractario de calidad desigual. El horno estaba construido encima de unas columnas y por debajo había una gran poza de agua para que, si se producía alguna fuga de material, éste cayese en el agua y se pudiera enfriar. A lo largo del tiempo hubo un par de accidentes con estas fugas pero, felizmente, nunca sucedió nada grave. La de Surquillo era una fábrica grande para los niveles de la época. Teníamos entre 200 y 250 trabajadores, pues se utilizabamano de obra intensiva. Muchos envases de vidrio se hacían a mano, con moldes y vidrio soplado como en los talleres de artesanos. Otro aspecto interesante fue que comenzamos a producir lo que se llamaban las etiquetas de vidrio. Se trajeron unas máquinas que procesaban las botellas ya terminadas, las mismas que pasaban por una nueva instalación en donde se les daba la vuelta y se les pintaba la marca con un screen, especialmente la ‘Crush’ y la ‘Bidú Cola’. Luego las botellas pasabanaunhorno concierta temperaturadonde elmaterial pintado su fundía y se incorporaba al vidrio. Eran las llamadas etiquetas vidriadas. Eso significó todo un boom, una novedad que llamaba la atención de la gente. Y hacíamos botellas con vidrio de distintos colores para los diferentes tipos de productos. En la fábrica yome ocupaba de todo el proceso, incluso de las ventas. En esa época eran un asunto muy curioso y diferente a lo que sucede hoy. Don Carlos Díaz Ufano era un kaiser con los compradores; es decir, con los consumidores de nuestros productos, los de la ‘Crush’ e, incluso, con los de la cervecera. Digo que era un verdadero kaiser porque laManufacturera tenía elmonopoliode la fabricaciónde botellas en una época de gran demanda, así que Don Carlos los trataba sin contemplaciones, como si venderles fuera un favor. Por eso los clientes recurrían a mí y yo trataba de darles un poco a cada uno. Me acuerdo del amigo Loyer de la ‘Crush’. No había que perseguir a los clientes, al contrario, ellos te perseguían. Todos los líquidos se vendían en envases de vidrio, las gaseosas, el aceite, la leche, así que teníamos una gran demanda y nos podíamos dar el lujo de no atenderlos si queríamos.

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