498 MINERIA MARZO

MINERÍA / MARZO 2019 / EDICIÓN 498 64 www.mineriaonline.com.pe Comuneros y Minería N ací el 28 de octubre de 1988, en Santiago de Tuna, Huarochirí en la región Lima. Estudié en mi pueblo en el colegio Gervasio Clemen- te Valencia. Mis padres eran agricultores, sembraban frutas: tuna, duraznos y chirimo- yas, entre otras, pero nuestra economía se basa funda- mentalmente en el cultivo de las tunas y el ganado ovino. Si bien nací y crecí viendo las actividades agropecua- rias, desde que tengo uso de razón tuve un gusto es- pecial por la tecnología, sin embargo, desde los ocho años, debido a que mis padres se separaron, tuve que trabajar y fui ayudante de ganadería, es decir, llevaba a pastar a las ovejas junto a mi hermana mayor, y me ganaba algo durante mis vacaciones. Cuando terminé el colegio en el primer puesto, mi ma- dre me llevó a vivir con un familiar a Chaclacayo para que pueda estudiar mecánica automotriz en el Instituto de Educación Superior Tecnológica Pública Misioneros Monfortianos, donde me gradué en 2007. Para financiar mi preparación técnica, a partir del se- gundo y tercer ciclo hacía prácticas en talleres de lunes a viernes, sin embargo, ganaba más dinero los fines de semana con la fruta, es decir, iba a mi pueblo a ayu- dar a los productores a seleccionar la tuna por tamaño, para luego enviarla al mercado mayorista. Para esto mi familia se había mudado a la comunidad de San Bartolomé, que también queda en Huarochirí, muy cerca de Corcona, donde había más oportunida- des de trabajo. Fue allí, que por la cercanía a la sede del Centro Tec- nológico Minero (Cetemin), la comunidad tenía un con- venio con esta institución, la que en retribución por el alquiler de unos espacios y el uso del agua, entre otras cosas, otorgaba dos becas para seguir estudios técnicos. Como había escuchado sobre maquinaria pesada cuando esta- ba en el instituto Misioneros Monfortianos, y mi madre se había incorporado a la comunidad, pude postular y gané, así empecé mi preparación en mantenimiento de equipo pesado. Al terminar en Cetemin, el coordinador de la especialidad me ofreció hacer mis prácticas allí, y me quedé tres meses más, sin embargo, por un tema de experiencia laboral, decidí conocer más cosas y con la certificación del caso, a los 20 años empecé a laborar en Hyundai Maquinarias. En esta empresa trabajé haciendo mantenimiento y reparación de excavadoras, cargadores frontales, motoniveladoras y otros equi- pos pesados. Allí es donde comienzo a salir a provincias para atender en obras de construcción. Como era bueno para el diagnóstico, es decir, podía identificar rápi- damente lo que pasaba con las máquinas, me seleccionaron para in- tegrar un grupo de formación de técnicos para el área de hidráulica. Después de un año, salí de esta compañía y trabajé en la me- talmecánica ACS Perú, donde implementaba todos los sistemas hidráulicos de los buses que se fabricaban, sin embargo, me pa- reció algo muy rutinario, así que a los ocho meses renuncié. Un día en 2011, que fui de visita a Cetemin, me comentaron que necesitaban un jefe de prácticas, lo que me pareció una oportuni- dad interesante. Presente todos mi papales de los lugares donde había trabajado y me aceptaron para el puesto. Posteriormente, me ascendieron a jefe de taller, y tuve que ver todo lo que era requerimientos, materiales para las prácticas, planificar horarios para los alumnos, alcance de los equipos, y dar manteni- miento y reparar los módulos que se usaban para las clases. Jhon Edgar ADVÍNCULA PIO Gracias a este trabajo he mejorado mi calidad de vida y puedo ayudar a mi madre y hermanos

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