REVISTA MINERÍA 541 | EDICIÓN OCTUBRE 2022

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / OCTUBRE 2022 / EDICIÓN 541 88 Dado que varias empresas han optado por recircular el agua y desalinizar la de mar que utilizan en sus procesos, es probable que no sufran significativamente una menor disponibilidad del recurso hídrico que proviene de las cuencas altoandinas. Si bien no se descarta un impacto económico del cambio climático sobre el sector, su acceso a diversas tecnologías y la implementación de procesos más eficientes limitaría su impacto sobre la industria. Por ello, es de esperar que el sector minero se encuentre mejor posicionado o en ventaja con respecto a otros actores como las comunidades que se encuentran en las áreas de influencia de sus proyectos. En el caso peruano, la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) ha promovido entre sus agremiados el uso eficiente del agua y la protección de la biodiversidad. Asimismo, ha incentivado prácticas como la forestación, reforestación y el uso de matrices energéticas limpias y sostenibles. Adicionalmente, a nivel gubernamental, el Ministerio del Ambiente peruano, a través del Decreto Supremo Nº 011–2015 — MINAM, aprobó en 2015 la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático. Esta norma dispuso una serie de medidas destinadas a reducir las emisiones de efecto invernadero por parte de las empresas privadas del sector minero. En esa línea, la regulación nacional obliga a considerar la variable del cambio climático en los Estudios de Impacto Ambiental detallados (EIA-d) a través de la normativa minera. Ello ha generado la inclusión de lineamientos sobre la adaptación al cambio climático dentro de dicho instrumento de gestión ambiental. Por ello, las empresas mineras deben considerar en sus EIA el impacto de sus operaciones en la generación de gases de efecto invernadero y establecer mecanismos adecuados para reducirlos. Asimismo, las compañías deben precisar su huella de carbono y huella hídrica. Los referidos lineamientos también señalan que debe determinarse el impacto que tendrá el cambio climático en las actividades mineras. Las empresas, por tanto, deben establecer cómo afectará a sus operaciones y cómo planean afrontar dicho escenario. Empero, estas exigencias u obligaciones legales, e incluso algunas acciones voluntarias y responsables de las compañías, no parecen ser suficientes para reducir los efectos que el cambio climático presenta en lo inmediato y a futuro. Por tanto, hay mucho trabajo por hacer por parte del Estado, las empresas privadas y la sociedad civil en general. Ello no impide que las compañías mineras sigan realizando esfuerzos y mejoras continuas en la reducción de sus emisiones, o implementando programas innovadores que sigan contribuyendo a la revegetación y reforestación.

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