REVISTA MINERÍA 545 | EDICIÓN FEBRERO 2023

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / FEBRERO 2023 / EDICIÓN 545 86 Sin embargo, en estos tempranos tiempos coloniales la historia comienza a registrar grandes defraudaciones a la Corona por los mineros chapetones −quizá allí haya comenzado ese nuestro mal endémico llamado corrupción−. Felipe II a la sazón rey español, en el intento de detener tales ofensas envía a su virrey don Francisco Álvarez de Toledo −1569−1581− con el afán específico de castigar las faltas y dictar mandatos que ordenasen las “minas del rey”. En 1574, Toledo dicta las primeras Ordenanzas Mineras, normas que formalizan esta actividad en el virreinato del Perú y que, por tanto, son el primer patrón normativo del que tenemos evidencia. En ellas se establece que “la totalidad de las minas existentes en el virreinato son de propiedad del rey español”, y que solo él podía otorgarlas en merced para su explotación pero mediante el pago del famoso Quinto Real, lo cual significaba dar al rey una quinta parte de los minerales extraídos. Toledo también dictó las Ordenanzas de Cusco y Chuquisaca tendientes a organizar la que llamó Mita Minera como un sistema de trabajo para los indígenas en las minas, claro que esto solo importó teóricamente pues se pasó de un terrible trabajo esclavo a una labor, en el mejor de los casos, de semi esclavitud. En 1612 en Cotahuasi, La Unión, Arequipa, se descubre otro filón de oro, quizá uno de los más grandes hallazgos en la colonia. El aparente buen gobierno de Toledo finalmente se vio opacado por acusaciones de corrupción, las que suscitaron que el rey ordenase contra él un Juicio de Residencia. Subrepticiamente Toledo huye a España donde muere al poco tiempo. La Colonia Eduardo Galeano un escritor izquierdoso uruguayo define bien a la riqueza argentífera que los españoles usufructuaron durante la Colonia: “En Potosí la plata levantó templos y palacios, monasterios y garitos, ofreció motivo a la tragedia y a la fiesta, derramó la sangre, y el vino encendió la codicia y desató el despilfarro y la aventura...”. El año del Señor de 1630 marca el inicio de la explotación española de nuestra icónica mina del Cerro de Pasco, inicialmente conocida por ellos como la mina de la Laguna de Yauricocha, cuyo nombre nos podría llevar a confusión con otra mina antigua, Yauricocha, ambas explotadas en el siglo XX por la Cerro de Pasco, cuya vigencia en el Perú ya hemos recorrido in extenso. Así durante el coloniaje la minería se dedica prácticamente a la explotación de plata y oro por las necesidades económicas de la Corona, sin dejar de mencionar la gran cantidad de azogue extraído de Santa Bárbara que sirvió para la amalgamación a las minas del centro cuanto al Cerro Rico de Potosí y a otras minas de Charcas. 2. Transporte de azogue de Huancavelica a Potosí.

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