REVISTA MINERÍA 550 | EDICIÓN JULIO 2023

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / JULIO 2023 / EDICIÓN 550 74 Histórico Las ciudades-estados mayas que se desarrollaron en el territorio que comprendía, en especial, el sureste de México, Belice, Guatemala, y una parte de Honduras y de El Salvador, eran independientes y con realidades sociopolíticas diferentes. El esplendor de los mayas lo ubicamos entre los años 250 y 900 d.C. y sus inicios en el 1000 a.C. Fue una civilización brillante, que favoreció el desarrollo de las artes y de las ciencias, utilizaron diferentes minerales en el mencionado esplendor. Caliza en los mayas Tan significaba cal para los mayas, quienes les dieron intenso uso a este importante producto mineral. Era el elemento fundamental para sus magníficas construcciones. La cal es un óxido de calcio, obtenido por intermedio de la calcinación de piedras calcáreas o calizas. La cal es una substancia de color blanco, de poco peso, cáustica (que quema y altera) y alcalina (con capacidad de neutralizar la acción de los ácidos). Las piedras calcáreas o calizas eran (y lo son actualmente) muy abundantes en el territorio de los mayas, debieron ser llevadas desde las caleras o canteras (lugares de extracción) hacia los hornos, donde se les sometía al calor intenso, para que desprendieran las substancias volátiles y obtener la cal, a este producto obtenido se le denomina cal viva. Cuando se calcinan o queman piedras calcáreas o calizas con determinada cantidad de arcilla, se denomina al producto resultante, cal hidráulica, la cual al contacto con el agua se endurece. En este caso, la cal que ha perdido su propiedad cáustica por intermedio del agua, es decir, aquella cal que no quema se llama cal muerta. Las calizas son rocas compuestas principalmente por carbonato de calcio, se presentan en la naturaleza de muchísimas formas, pueden encontrarse puras o en masas compactas. Las que se encontraban en territorio maya son descritas por Diego de Landa en su Relación de las cosas del Yucatán, obra fundamental para el conocimiento de la civilización maya, escrito probablemente en 1566. «...la piedra no es muy buena para labores delicadas, porque es muy dura y tosca; empero, tal cual es, ha sido para que de ella hayan hecho la muchedumbre de edificios que en aquella tierra hay, es muy buena para la cal...», (Diego de Landa, pág. 161). Por: Jorge Olivari Ortega, Membre du Club de Minéralogie de Montréal. mayas y minerales Sociedades

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