REVISTA MINERÍA 554 | EDICIÓN NOVIEMBRE 2023

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / NOVIEMBRE 2023 / EDICIÓN 554 20 dinamizó no solo la región Antofagasta sino todo Chile, y valores territoriales, urbanos y arquitectónicos: permite comprender la evolución de los asentamientos establecidos en el lugar de explotación de los recursos naturales, por lo que, constituyen formas específicas de emplazamientos que favorecen la producción industrial ordenada y eficiente, etc. Ahora bien, el caso del campamento minero de Sewell, desde el 2006, figura como parte del patrimonio mundial de la Unesco. Ubicado en una ladera de Cerro Negro, cerca de Rancagua a 150 km al sur oriente de Santiago, sexta región chilena, en la cordillera de los Andes a 2,200 msnm, el cual llegó a alojar a 15,000 personas y que fue desocupado durante la década de los 60 (García, 2005). Construido por la empresa norteamericana Braden Copper Company a inicios del siglo XX para brindar vivienda a los trabajadores de la mina El Teniente (Unesco, 2006), se caracteriza principalmente porque su construcción, desarrollada entre los años 1904 y 1911, constituyó un gran reto, debido a la abrupta inclinación del terreno y el aislamiento de otras zonas habitadas (García, 2005). En 1998, además del plan de descontaminación en marcha, el Congreso Nacional de Chile apoyó la iniciativa de crear en Sewell el Museo de la Gran Minería de Cobre, mientras que Codelco, titular de la división El Teniente –zona a la que pertenece el Campamento minero Sewell– elaboró un plan de acción para la difusión y conservación del campamento de manera sustentable, lo cual se tradujo en el interés de promover un proyecto turístico que permita dar un nuevo giro a dicho campamento (García, 2005), no solo para la obtención de réditos económicos, sino también para la promoción de la identidad cultural y social. La sustentabilidad de los planes y proyectos en torno a la revalorización patrimonial del campamento minero Sewell y la intervención tanto de la empresa propietaria como del Estado, se basa en rescatar los siguientes bienes patrimoniales (García, 2005): Lo minero industrial: por su visión estratégica y por la importancia de las instalaciones industriales para la explotación; lo urbano-arquitectónico: empleo ingenioso de la madera y acero para la construcción del campamento. Su ubicación geográfica particular, y lo socio-cultural: fusión de empresa extranjera con cultura nacional chilena. Nacimiento de una cultura particular. Los dos principales objetivos de dicho proyecto de revalorización eran (i) convertir a Sewell en un patrimonio arquitectónico y cultural que se conserve y promueva y (ii) establecerlo como un activo con potencial turístico (López & Pérez, 2013). Asimismo, considerando la importancia de dejar este proyecto en manos de una entidad independiente que se encargara de la protección y promoción del campamento minero Sewell, Codelco dio cumplimiento a uno de los objetivos del plan estratégico: la creación de la Fundación Sewell (Ravinet de la Fuente, 2010). Una vez consolidado el proyecto, el campamento minero Sewell ha logrado su auto sostenimiento a través de las visitas turísticas, los recursos públicos concursables (fondos de desarrollo Regional, Consejo de la Cultura y las Artes, Sernatur), las donaciones y aporte del sector privado en dinero, materiales, objetivos, asesorías, etc. (Ravinet de la Fuente, 2010). Por ende, las herramientas que permitieron concretar la revalorización de Sewell hasta su declaración como parte del patrimonio mundial de la Unesco, fueron la colaboración entre la empresa titular y el Estado y la elaboración de un plan de acción estratégico para la conservación y restauración de dicho patrimonio mediante acciones concretas como el establecimiento del Museo de la Gran Minería de Cobre, la creación de la Fundación Sewell, el establecimiento de un plan de descontaminación, la revalorización mediante el turismo y la postulación a la lista de Unesco (García, 2005), integración concretada el 13 de julio de 2006 (López & Pérez, 2013) a través de la Decisión N° 30 del Comité del Patrimonio Mundial.

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