REVISTA MINERÍA 567 | EDICIÓN DICIEMBRE 2024

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero MINERÍA / DICIEMBRE 2024 / EDICIÓN 567 89 dio se quedó con la otra parte; y fundiéndolo el dicho Álvaro Olmedo, como cosa que no tenía Dios criado para él, se le fue en humo todo, y el indio Gualpa fundió su parte, y echando en ello algún soroche, sacó tanta cantidad de plata como metal había fundido”. Otro documento señala que en 1575, es decir, a pocos años de establecerse el proceso de amalgamación en Potosí aún continuaban desempeñándose como guayradores 536 indígenas (Escobar 2011). La participación de estos especialistas se vio justificada por lo complejo que resultaban las prácticas metalúrgicas, pues como no escapa a nuestro criterio actual, éstas iban desde la selección del mineral hasta el manejo de las temperaturas con los vientos, a tamaño y forma de la guaira. Al respecto el mismo autor señala: “[una guayra] es tan alta como de una vara común con cuatro huecos laterales”. Vestigios andinos de las guairas preincas Lamentablemente de las antiguas guairas de piedra no se tiene evidencia documentada certera y menos de las ulteriores de barro cocido por obvias razones del tiempo. Capoche sostiene que: “A pesar de las numerosas referencias documentales, a la fecha no se han hallado registros materiales intactos o parcialmente intactos de las antiguas wayras sean éstas históricas o etnográficas. A la fecha sólo se sabe de muy pocos dibujos de la época colonial y de una antigua fotografía publicada en el libro de Robert Peele (1894). No sabemos, sin embargo, si tales wayras fueron construidas y utilizadas con fines metalúrgicos, o si se trata, más bien, de reconstrucciones elaboradas a los fines de la publicación. Dos criterios son esenciales para identificar certeramente una wayra. Por ángulos o por sus esquinas, prolongadas, casi cuadradas y abiertas por arriba; tiene cuatro haces, aberturas o ventanillas viniendo disminuiendo el tamaño desde lo alto a lo bajo, con alambique por donde destila el metal que se funde. Puede estár firme o levantada del suelo sobre un asiento a manera de pedestal de una vara y media, y más importante debe estar en alto para que la señoree más el viento donde parece llamarse guaira [que] en esta lengua significa viento…”. Murúa, 1590, afirmaba que “Lo mismo solian hazer en las minas que llaman copa que adoraban y reberençiavan a los metales que llaman mama y a las piedras de los metales que llaman corpas. Adoravanlas vezandolas, 4. Diferentes tipos de Huayras incaicas.

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