MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero EDICIÓN 569 / FEBRERO 2025 58 pañada de ralos copos de nieve que en minutos se tornan exuberantes y molestosos. Santiago sabe que a la mañana siguiente, temprano brillará el sol para derretir esa nieve y la tierra sedienta tomará el agua y “a de juro haberá más pasto” piensa alegre que su ganado ganaría nuevas oportunidades de vivir a pesar de las borrascas y nieves. Ahora lo importante es protegerse de la nieve por lo menos hasta que amaine la braveza de sus cielos andinos. Pasan las horas y en el horizonte: más viento que trae más y más nieve y en esa su visión sincrética se dice: “castigo de Apus, pues…!” La tempestad creciente le confina dentro de ese espeso e impenetrable arcano, y no puede retornar. Con la noche, el frío es aún más insoportable a pesar de su vestido de puna: manguillas, chullo, poncho y grueso calzón de bayeta, pero allí no hay ropa que valga, el frío le cala hasta sus intimidades. Temiendo congelarse, busca abrigo en la enormidad del erial, tan solo necesita una caverna de las muchas que allí hay, ellas siempre le han protegido del Illap'a y ¡Oh! salvación, encuentra una acogedora cueva e ingresa junto a algunas de sus llamas, las más pequeñas, claro. Junta taquia, bosta, ichu y otros pastos secos que topa dentro, prende una fogata alrededor de piedras que le sirven para proteger el preciado combustible. Ya algo aliviado, saca coca de su hualqui y comienza a chacchapar atizando la fogata de cuando en vez. Pronto duerme impertérritamente a la espera de la mañana para regresar. 2. Bocamina cerreña a inicios del siglo XVIII.
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