28 Edición Semanal ca, priorizando la construcción de embalses y reservorios en las partes altas de la sierra para captar agua en época de lluvia e incrementar su disponibilidad durante el estiaje, beneficiando a la agricultura, ganadería y la población. Son activos hídricos que favorecen tanto al campo como a la mina. Debemos tener presente que el Perú es uno de los países con mayor disponibilidad de agua dulce del mundo, concentrando el 1.89% del total global, de acuerdo con la Autoridad Nacional del Agua. Sin embargo, el 85% del agua de lluvia se pierde en el mar. Por eso, necesitamos construir más reservorios, promoviendo una hermandad del agua entre agricultura y minería. Empresas como Buenaventura tienen embalses para captar agua de lluvia en la mayoría de sus unidades productivas. En el proyecto San Gabriel, en Moquegua, próximo a iniciar operaciones, se está construyendo una presa de más de 700 mil metros cúbicos. En Piura, el proyecto El Algarrobo, que está en etapa inicial, priorizará por primera vez en el Perú un proyecto hídrico para llevar agua a la comunidad de Locuto –que históricamente no tiene acceso a este recurso– antes de iniciar las actividades mineras, bajo el lema: “Agua primero, mina después”. En Arequipa tenemos La Enlozada, planta de tratamiento construida por Cerro Verde y operada por Sedapar, que ha recuperado el río Chili y brinda agua a 1.2 millo-
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