REVISTA MINERÍA 575 | EDICIÓN AGOSTO 2025

MINERÍA la mejor puerta de acceso al sector minero EDICIÓN 575 / AGOSTO 2025 109 El Tío: Señor del socavón en el altiplano Otro mito indiscutible en la cosmovisión minera altiplánica es el Tío, figura capital especialmente prominente en regiones como Potosí y Oruro. Considerado el dueño del mundo subterráneo es una deidad ambivalente que puede proteger o castigar según el comportamiento de los mineros. Se le representa como un ser demoníaco con cuernos, ojos penetrantes, cuerpo rojizo y un pene exageradamente grande como símbolo de fertilidad y de poder. A nadie sorprende descubrir su imagen en altares dentro de las minas rodeada de hojas de coca, alcohol, cigarrillos y otros objetos rituales. Los mineros creen que el alcohol es su orina y que al consumirlo reciben fuerza y virilidad. Su culto está profundamente ligado a una mezcla sincrética de las acendradas creencias prehispánicas –las huacas por ejemplo– con el Diablo cristiano traído por los españoles. En otros tiempos el Tío era visto a manera de patrón patriarcal y su estatus muchas veces ha sido usado para justificar conductas violentas. En las costumbres idiosincráticas de los mineros altoandinos se da una serie de hechos y usos crípticos relacionados con la presencia del Tío en el laboreo minero, tales como: ⁓ Antes de iniciar la jornada, los mineros le piden permiso y protección, inclusive para ingresar al socavón. ⁓ Es creencia arraigada que, si se le respeta y venera, puede revelar vetas ricas, en cambio, si se le ofende, puede provocar accidentes o enfermedades. ⁓ Su culto es tan extendido que incluso turistas participan en cultos de ofrenda, como el regar el suelo con alcohol a manera de gratificarlo y evitar su ira, ritual que en Bolivia incluso tiene nombre propio: Challada. El Jusshi Como ocurre con otros seres del socavón, el Jusshi encarna el sincretismo profundo entre las creencias ancestrales del mundo andino y la huella cristiana que se entreteje en los relatos transmitidos de generación en generación en las comunidades mineras de Cajamarca. No es un simple duende sino el espíritu vivo de la mina, símbolo de la dualidad que habita en el corazón del mundo minero, de promesa de riqueza y del peligro constante que acecha bajo tierra. Al Jusshi, esquivo personaje de las profundidades, suele confundírselo con el Muqui, quizás por compartir esa naturaleza ambigua de protector y destructor en el socavón. 5. Ukuku.

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