Ernesto Baertl 12 13 Prueba para sabe los años cincuenta, pasaba por un período de actividad que no había conocido en mucho tiempo. Su primer trabajo lo llevaría a las alturas de Castrovirreyna, a una mina bautizada con el optimista nombre de “Caudalosa”, y que volvía a la vida después de haber permanecido cerrada durantemuchos años. Era otro de los emprendimientos en los que participaba su padre, que en aquellos años se convertiría en una de las personalidades más dinámicas de la renaciente minería en el Perú. A partir de Castrovirreyna, donde viviría y crecería su familia, las responsabilidades de EBM en el campo minero se multiplicarían y diversificarían. No es este el lugar para hacer una enumeración detallada de sus muchas responsabilidades, pero sí para reseñar algunas características del estilo de trabajo y de los efectos que ese trabajo ha tenido en muchas personas que, por una u otra razón, estuvieron cerca de él. En primer lugar, sobresale la actitud que siempre ha mostrado para encarar el trabajo, el suyo y el de sus colaboradores. Tal vez sea otro de los legados paternos, reafirmado durante su paso por la Escuela de Ingenieros, pero en esa manera de cumplir las metas y de relacionarse con los demás hay una herencia alemana que valora especialmente las cosas bien hechas, la organización meticulosa y el trabajo en equipo. Así se comprende mejor una de sus sentencias clásicas y que resume cabalmente dos rasgos de su personalidad: su deseo de que las cosas se hagan bien y su sentido del humor. Según esa sentencia, los enemigos de la producción son tres: la llave Stillson, la comba y la palabra “provisional”. La primera, gracias a que puede graduarse a voluntad, es la herramienta más a la mano cada vez que se requiere ajustar o aflojar alguna tuerca, sin importar que se trate de una pieza milimétrica que requiere herramientas específicas. Como resultado, no pasará demasiado tiempo antes de que la tuerca quede totalmente inservible. La comba, con el auxilio de un oportuno taco de madera, puede servir para reemplazar la maña y los instrumentos adecuados por la mera fuerza bruta aunque, más temprano que tarde, sus golpes terminen deteriorando la pieza en cuestión. Finalmente, la palabra “provisional” parece de rigor después de alguna reparación. Cada vez que EBM revisaba un tablero de distribución eléctrica se encontraba con algún alambre sospechoso que estaba allí en reemplazo del fusible adecuado. “Y esto, ¿qué hace aquí?”, preguntaba, solo para escuchar la frase mágica que resolvía todo: “Es provisional”. Ese amor casi germánico por el trabajo bien hecho convirtió a EBM en una de las personalidadesmás sobresalientes de una generación que conoció los buenos y los malos tiempos. La tecnología moderna y los enormes proyectos que en la actualidad dominan el sector hacendifícil imaginar las condiciones en que la mediana minería, para no hablar de la pequeña, debía realizar su trabajo hace cincuenta años. Uno de los aportes más significativos de su generación es el haber llevado a la mediana minería a un grado de desarrollo inédito hasta entonces. Para EBM los nuevos tiempos comenzaron durante una visita que hizo a la recién inaugurada mina de Toquepala. Allí pudo observar de
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