PRUEBA PARA SABE

Ernesto Baertl 146 147 Prueba para sabe se trituraba y mezclaba con sal para hacer el tostado clorurante en un procesopirometalúrgico. Así se obtenía el clorurode plata que, después, tratado con mercurio, daba la plata metálica porosa y moldeada, con forma de queso, que era el producto final. San José era un sitio totalmente solitario y, sin embargo, nunca sentí que existiera el menor peligro. Vivíamos en un mundo diferente. Yo viajé solo toda mi vida enmi camioneta. Si alguien te hacía señas en el camino, parabas, lo subías y te lo llevabas. La gente era sencilla y buena. No recuerdo haber tenido la sensación de peligro. Salía de Huancayo con mi lonchera, a mitad del camino paraba en el campo para comer y luego seguía mi camino hacia Huancavelica. Jamás tuve el menor problema. Esomismo sucedía en las instalacionesmineras donde entre todos había un ambiente de familiaridad. Lamentablemente, todo eso cambió después, con decir que la última vez que estuve enMilpo tuve que dormir con dos guardias armados en la puerta. La casa en San José era sencilla y agradable. Tenía estufas de petróleo,mueblesmodestos pero cómodos y una refrigeradora y cocina a gas. Teníamos también un grupo electrógeno para que generase luz por las noches. Estábamos abastecidos por un tráfico diario de camiones que subían y bajaban entre la sierra y la costa. La mina enviaba los concentrados de mineral a Pisco que la Grace embarcaba a su destino final y ese mismo tráfico de camiones subía con todo lo que se necesitábamos, como combustibles, alimentos y repuestos. Todos los días había que hacer el viaje entre la casa y la mina, ida y vuelta. El recorrido diario por caminos solitarios, y necesariamente a baja velocidad,me proporcionaba el espacioparapensar ymeditar sobre las incidencias del día y en las tareas que me aguardaban en la mina. Esta costumbre que apreciaba mucho me permitía tener las ideas más claras y enfrentar cada jornada con renovado ánimo. Los años que trabajé en Caudalosa y viví con mi familia en San José fueron realmente muy agradables. Gladys encontró allí un ambiente que estaba de acuerdo con su personalidad y que le permitió desarrollar una actividad social y religiosa en beneficio del personal de la mina y de sus familias. Por otro lado, conocimos la felicidad de tener a nuestro primer hijo, Ernesto José, en octubre de 1953. Luego llegó al mundo Luis José, en marzo de 1955. Ambos nacieron en Lima pero vivieron en Catrovirreyna desde los primeros meses. Cuando ya vivíamos entre Lima y la mina llegaron María del Carmen, en octubre de 1957, y Jorge Manuel, enmarzo de 1959, también nacidos en Lima pero viviendo por temporadas enSan José. Teníamos comoapoyopara todos los servicios a Marcial Romaní, su señora y a sus hijos, que fueron buenos compañeros de los míos. Posteriormente se integró otro ahijado, Félix Hurtado. Mientras la familia crecía, Gladys desarrollaba su labor social en la escuela que funcionaba en la mina apoyando a las profesoras y a la asistenta social para mejorar los estilos de vida, especialmente de las madres con sus hijos. En el hospital se propuso lograr un mejor nivel

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