PRUEBA PARA SABE

Ernesto Baertl 182 183 Prueba para sabe posibilidadesdeencontrarmásmineral. Sesuponíaqueeraunyacimiento filoneano, pues el desarrollode lavetamostrababuenas indicaciones, pero el conocimiento real del yacimiento se produjo con las exploraciones posteriores que evidenciaron grandes cuerposmineralizados a los lados de la veta principal. Fueron esos enormes cuerposmineralizados los que permitieron el crecimiento y la explotación de la mina a lo largo de 61 años, desde su inauguración a la fecha. En ese entonces, las negociaciones sobre las concesionesmineras que estaban a nombre de Agustín Arias las hizo Aquiles Venegas, quien era el más locuaz del grupo. Así se llegó a un arreglo y, sumando a Luis Cáceres, ‘las cuatro barretas de Cuyuma’ formaron la Compañía MineraMilpo S.A., cuya escritura se firmó el 6 de abril de 1949. Aellos se plegaron el abogadoManuelMontori y como principales accionistas Eulogio Fernandini Clotet y Luis Picasso Peratta. Hubo otros varios accionistas minoritarios. Al principio el trayecto se tenía que hacer a caballo, por eso priorizamos la construcción de un camino que partía de la carretera que une Pasco conHuánuco para llevar equipo y sacar el mineral. Con los años se construyeron otros caminos y semejoró considerablemente el trayecto, pero el primer acceso tenía una gradiente sumamente empinada, lo que complicaba la subida y bajada de los camiones con total confianza. Un día, mientras el camino estaba todavía en construcción bajo la dirección de Aquiles Venegas, se presentó en las obras el ingeniero Edgardo Portaro, nuestro vecino más cercano de la mina de Atacocha. Portaro era toda una personalidad, paseó por las obras y luego manifestó sus dudas acerca de la utilidad de un camino tan empinado. “No te preocupes –le respondió Venegas que era muy ingenioso y rápido para las respuestas–. Ya tenemos todo solucionado. Vamos a colocar un eje en la cumbre y con la ayuda de una soga y un gancho vamos a jalar los camiones”. ¿Y quién va a darle vueltas a ese eje?”, preguntó irónico don Edgardo. ¡Los cojudos de Atacocha! Milpo comenzó de la nada. Había que construirlo todo. Al principio debíamos alojarnos en las casas de los pastores, tan es así que durante muchos años se conservó una de esas casas como memoria de los primeros tiempos, hasta que algún desavisado superintendente la mandó a demoler. Extraído el mineral se llevaba en camiones a Huaraucaca, a 50 kilómetros de distancia, donde se beneficiaba en la concentradora de Fernandini. Así ocurrió durante los primeros dos años hasta que la empresa estuvo en condiciones de construir su propia planta concentradora. Con el paso del tiempo, la mina fue creciendo y ampliándose, confirmandoque se trataba de unyacimiento excepcionalmente rico en volúmenes y en calidad de mineral. Cuando fallecieron los fundadores deMilpo quedamos sus hijos en el directorio, asumiendo como presidente Lucho Picasso, quien era lo

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